La alerta de tsunami emitida tras un terremoto de magnitud 7,9 con epicentro a 250 kilómetros de la costa de Alaska ha sido cancelada, según ha informado el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico unas tres horas después de que se produjera el temblor. El seísmo se ha producido alrededor de las 10.30 horas (hora española) a unos 250 kilómetros de Chiniak y a 10 kilómetros de profundidad, de acuerdo con el Centro Geológico de Estados Unidos (USGS), que inicialmente había informado de una magnitud de 8,2 en la escala Richter.

 

El Centro de Tsunamis ha lanzado tras el temblor una alerta para la mayor parte de la costa sur de Alaska, las islas Aleutianas y la provincia canadiense de Columbia británica. Emitió además un aviso de advertencia para toda la costa pacífico de Estados Unidos, desde la frontera con México a la frontera canadiense, y sobre Hawái, en el Pacífico.

En Alaska, las autoridades hicieron un llamado a los habitantes de zonas costeras a alejarse inmediatamente del mar y retirarse tierra adentro hacia terrenos más altos, advirtiendo que un tsunami puede registrarse incluso horas después del terremoto.

 

"Si te encuentras en esta zona costera, trasládate hacia el interior a tierras altas. Las advertencias de tsunami significan que un tsunami con una inundación significativa es posible o ya está ocurriendo", ha indicado la Oficina de Gestión de Emergencias de Anchorage en un mensaje de alerta para Alaska y la Columbia Británica. El USGS ha detectado al menos otras seis réplicas potentes del primer seísmo, de 4,5 y 5 de magnitud, en las horas siguientes al temblor inicial.

El temblor se sintió sobre el litoral de Alaska y a centenares de kilómetros a la redonda. Heather Rand, quien se encontraba en Anchorage, a unos 580 kilómetros al norte del epicentro, dijo a CNN que lo sintió como el mayor terremoto que ella hubiera experimentado. "Fue muy largo, y fue aumentando lentamente. Espeluznante, más que nada. Definitivamente el más largo, y yo nací aquí", dijo Rand, señalando que el único daño que observó fueron grietas en las paredes.

En 1964, un sismo de magnitud 9,2 cerca del estrecho de Prince William en Alaska, seguido de un tsunami, dejó un saldo de 125 muertos.

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