La densitometría ósea es una herramienta vital para mantener la salud de tus huesos y asegurar una vida activa y plena. Vamos a explorar de qué se trata, por qué es importante, cuándo debes considerar realizarte esta prueba y cómo prevenir males relacionados como la osteoporosis.
Es un estudio médico indoloro que se utiliza para medir la densidad mineral de tus huesos. Esto se logra evaluando la cantidad de calcio y otros minerales presentes en los mismos, representando un indicador esencial para la salud. Se realiza comúnmente utilizando rayos X, ultrasonido o isótopos radiactivos.
La densitometría ósea es útil para medir si ha comenzado a perderse densidad mineral ósea y, en algunos casos, requerir el inicio de un tratamiento.
Sin embargo, la principal razón para someterse a este estudio es el diagnóstico temprano de la osteoporosis. Es una enfermedad que se caracteriza por una pérdida gradual de calcio en la estructura ósea, lo que resulta en una disminución de su densidad. Esto vuelve a los huesos más frágiles y propensos a fracturas. Asimismo, el examen puede ayudar a determinar si tienes “osteopenia” (una condición en la que la densidad ósea es más baja de lo que debería ser).
Factores de riesgo:
Si bien la mayoría de las personas jóvenes y saludables no necesitan esta prueba, hay ciertos grupos que deben considerarla.
A medida que envejecemos, es natural que nuestros huesos se vuelvan más delgados. Sin embargo, cuando el adelgazamiento se produce más allá de lo normal, aumenta el riesgo de desarrollar osteopenia. Si no se aborda, puede progresar hacia la osteoporosis, un mal común en personas mayores y tiende a afectar más a las mujeres de más de 65 años.
La pérdida de densidad es un proceso natural: el cuerpo reabsorbe las células óseas más rápido de lo que se generan nuevas. Esto resulta en una disminución gradual de minerales, masa y estructura, lo que los debilita y vuelve más susceptibles a fracturas. La degeneración comienza alrededor de los 30 años y afecta a todos, aunque la velocidad puede variar.
Además del envejecimiento, hay otros aspectos que pueden contribuir a la baja densidad ósea. Esto incluye trastornos alimentarios, uso prolongado de medicamentos como los esteroides, exposición a la radiación y antecedentes familiares de osteoporosis. Las mujeres son especialmente vulnerables debido a la disminución de la densidad ósea que se produce durante la menopausia. Otros más incluyen:
-Tener un peso corporal muy bajo
-No consumir suficiente calcio y vitamina D en la dieta
-Tener enfermedades como artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias de los huesos, enfermedad renal crónica, diabetes mellitus tipo 1, hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, enfermedad hepática crónica.
¿Cuándo practicarse una densitometría ósea?
La International Society for Clinical Densitometry (ISCD) recomienda que todas las mujeres mayores de 65 años y todos los hombres mayores de 70 se sometan a una densitometría ósea. Sin embargo, también deberían realizarse un examen si se presentan las siguientes condiciones:
-En varones menores de 70 años, con bajo peso corporal, y con fracturas previas.
-En hombres de 50 a 69 años y mujeres menores de 65 años, si tienen factores de riesgo de osteoporosis, tales como antecedentes familiares de la enfermedad o historial de fracturas.
-Personas de más de 50 años que han sufrido alguna fractura
-Adultos que han perdido 4 cm o más de estatura.
La baja densidad ósea generalmente no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales. No causa dolor ni cambios visibles en los huesos a medida que se vuelven más delgados. Sin embargo, aumenta significativamente el riesgo de fracturas a medida que la densidad disminuye.
Cómo es el estudio de densitometría ósea
Durante una densitometría ósea, se utilizan diferentes métodos, siendo el más común la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). El paciente debe seguir ciertas recomendaciones, como no consumir suplementos de calcio 24 horas antes y vestir ropa cómoda, sin portar objetos metálicos ni teléfonos celulares. Se recuesta en una superficie cómoda mientras una máquina escanea la columna y la cadera, y otra genera fotones debajo del cuerpo. Las imágenes se combinan y envían a una computadora para su evaluación médica. En casos específicos, se usa un escáner DEXA periférico para medir la densidad ósea en áreas como el antebrazo o la mano.
Prevención y cuidado de tus huesos
La densidad ósea alcanza su punto máximo alrededor de los 30 años. Por lo tanto, cualquier esfuerzo por tener huesos más fuertes en la juventud puede tener beneficios a largo plazo. Para ello, es crucial obtener suficiente calcio y vitamina D a través de una dieta equilibrada y exposición solar, además de realizar ejercicio de manera constante.
A medida que envejecemos, la pérdida de densidad ósea se vuelve inevitable. Sin embargo, aún puedes tomar medidas para desacelerar este proceso y evitar males como la osteoporosis.
CDI: Tu aliado en la salud ósea
Complementa tu densitometría ósea con otros estudios relacionados como exámenes de calcio en sangre, análisis hormonales y pruebas de vitamina D para obtener un diagnóstico completo de tu salud ósea. CDI Morelos está a tu disposición para brindarte estos servicios y asesoramiento personalizado con sus 41 años de experiencia.
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