Hernán Cortés, conquistador del imperio azteca, conoció por primera vez Tlaltenango, el 14 de abril de 1521, cuando pasó al frente de su ejército después de conquistar un día antes Cuauhnáhuac. Atravesó Tlaltenango porque se dirigía de regreso al Valle de México para preparar el sitio de Tenochtitlán. En su mente quedó grabado el paisaje de este pueblo tlahuica. En 1523, después de haber derrotado a los aztecas, regresó a Tlaltenango; seguramente hizo un reconocimiento de este poblado y al ver las ventajas de sus recursos naturales, la belleza de sus paisajes y su estratégica ubicación, lo eligió para construir su finca de descanso. En este año Cortés ocupaba el cargo de gobernador de la Nueva España, nombramiento que le había sido otorgado por el rey Carlos V. Este cargo le facilitó al conquistador fundar la villa de Cuernavaca con el apoyo de los dignatarios tlahuicas.

Tlaltenango está situado a una altura de 1643 metros. Lo atravesaba el camino real que iba de Cuauhnáhuac a Tenochtitlán y de Cuauhnáhuac a Tlaltenango había una distancia de tres kilómetros. Del lado poniente fluía el río Chalchihuapan, que se originaba de los bosques de la alta montaña del Tepeite; en este río se formaban pozas y cascadas y de su corriente se desprendía una red de apantles que circulaba por todo el poblado y se aprovechaba para el riego de huertas, hortalizas y parcelas donde sembraban maíz, frijol y calabaza. Además contaban con tierras para el sembradío de algodón, materia prima que usaban para la fabricación de telas de manta; esta era la actividad más importante de los tlahuicas de Tlaltenango, por tal motivo contaban con talleres textiles. Todas estas bondades las consideró Cortés para vivir en Tlaltenango. Su casa la construyó donde hoy en día está la escuela primaria 18 de marzo, a un costado del camino real, hoy en día avenida Zapata. Había un camino que llevaba al pueblo de Tetela, pasando el río y siguiendo por la loma de Popotla, donde hoy en día existe la calzada de Los Reyes. Tlaltenango colindaba al oriente con la barranca de Amanalco y al sur sus tierras comunales limitaban en el puente de Telpochhuehueco, conocido hoy en día como el puente del Diablo.

Entre 1523 y 1524, Cortés dirigió la fundación de Cuernavaca como lo menciona el historiador Juan Dubernard. El sacerdote e historiador Lauro López Beltrán, mencionó que en Tlaltenango Cortés vivió con su amante doña Marina o la Malinche, su traductora y consejera, con quien tuvo un hijo. Durante su permanencia en este pueblo tlahuica, el conquistador mandó construir enfrente a su finca la capilla de San José y el Señor de la Misericordia, cuyas imágenes mandó traer de España. El historiador Antonio Toussaint mencionó que para la edificación de esta capilla, Cortés contó con el apoyo de su amigo el cura fray Pedro Melgarejo, quien fue su acompañante durante toda la campaña de conquista. En un principio, Cortés estableció en su finca de Tlaltenango una fábrica textil especializada en fabricación de telas de lana, motivo por el que introdujo las primeras ovejas, vacas y cerdos a tierras tlahuicas. Además, incrementó el volumen de su finca con el establecimiento de una carpintería y una herrería. En sus ratos libres Cortés salía de cacería a los bosques cercanos donde cazaba venados, conejos y pumas; este era su deporte favorito. Estas excursiones a los montes aledaños las aprovechó para explorar las lomas y barrancas que había en los alrededores de Tlaltenango.

Del 12 de octubre de 1524 al 19 de junio de 1526, Cortés estuvo ausente de Tlaltenango porque se fue a un viaje a Honduras. A finales de 1526, inició en Cuernavaca la construcción de su palacio. En 1527 alternaba su estancia y actividades entre su casa de Tlaltenango y la de Coyoacán. El 15 de abril de 1528 el conquistador viajó a Europa para entrevistarse con el rey Carlos V y para casarse con Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga, de la alta alcurnia española. En 1530 regresó a la Nueva España con el título de marqués y con la mentalidad de empresario; ya no era gobernador. El 5 de enero de 1531, Cortés llegó a vivir a su palacio de Cuernavaca con su esposa Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga y desde entonces Cuernavaca fue su residencia oficial y sede de su marquesado, donde nacieron sus hijos y donde llevó una vida familiar. A su finca de Tlaltenango solo iba de vez en cuando a ver sus negocios. El ingenio azucarero de Tlaltenango lo fundó a principios de 1535 y en los  primeros años de su existencia él lo administró personalmente. Entonces se dedicó a sembrar caña en los campos donde anteriormente los tlahuicas sembraban algodón y expandió los cañaverales desde Nanacatepec, hoy glorieta de Buena Vista hasta el barrio del Calvario. La mayor parte del azúcar que producía este ingenio se exportaba a España. De Tlaltenango salían las carretas cargadas con costales rumbo al puerto de Veracruz, donde embarcaban el azúcar a Europa. El ingenio de Tlaltenango funcionó durante la segunda mitad del siglo XVI. Contaba con un gran personal de obreros de distintas castas: españoles, indios, mestizos y negros. En la plazuela exterior del ingenio, Cortés mandó colocar una fuente redonda, donde los vecinos, viajeros, feligreses y obreros bebían refrescante agua potable. Como en aquellos años el principal combustible para procesar el azúcar era la leña, Cortés explotó los espesos bosques aledaños; él fue quien inició la tala de los recursos forestales del norponiente del Valle de Cuernavaca. A mediados de 1535, Cortés hizo un largo viaje de exploración por el golfo de California. En 1540 volvió a viajar a Europa para enfrentar un juicio que le formaron en su contra. Murió en España en 1547 a la edad de 62 años. 

Esta semblanza de Hernán Cortés es una muestra de su presencia en el pueblo de Tlaltenango, donde disfrutó de una saludable estancia entre 1523 y 1524, acompañado de la Malinche, después de la conquista de la capital del imperio azteca.      

Por: Juan José Landa Ávila  / opinion@diariodemorelos.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp