Durante la intervención francesa, Cuernavaca fue sitiada por las tropas liberales, del 1º al 27 de enero de 1867. Las tropas imperialistas al principio estuvieron encabezadas por el general Àngel Pérez Palacios, pero debido a que se encontraba enfermo fue sustituido por el general Joaquín Ayestarán y auxiliado por las tropas del general Tomás O’Harán. Días después arribó a la ciudad el coronel Paulino Gómez Lamadrid a reforzar la Plaza.
Por parte de las tropas liberales que sitiaban la ciudad se encontraba el general Francisco Leyva, que poco más de dos años después, al crearse el estado de Morelos, se convirtió en el primer gobernador Constitucional del Estado de Morelos. También estuvo el coronel Ignacio Manuel Altamirano (tendría 34 años de edad), quien fue destacado abogado, erudito, político, poeta, periodista y diplomático, autor de la novela “El Zarco”. Pero quien encabezaba este ejército republicano de más de dos mil hombres era el general Ignacio Figueroa Luna, originario del pueblo de Juliantla, cercano a Taxco, Guerrero, en donde nació en 1828. Aunque se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, el cabildo de Taxco acordó el 13 de julio de 2010, por unanimidad, que el día 7 de julio sería la fecha oficial de su nacimiento “…por su destacada participación en la Guerra de Reforma, la Intervención y el Imperio”.
El general Figueroa inició su carrera militar en 1853 como soldado raso, en las Fuerzas del Sur, bajo las órdenes del coronel Gregorio Mena. Posteriormente fue ascendido a teniente de caballería el 1º de julio de 1855, durante el levantamiento que buscaba derrocar al presidente Antonio López de Santa Anna, que era la causa del Plan de Ayutla, promulgado el 1º de marzo de 1854 por el general Juan Álvarez. Ignacio Figueroa se mantuvo en esa época bajo el mando de Faustino Villalba, en la zona del río Mezcala.
Durante el gobierno del presidente Ignacio Comonfort, Ignacio Figueroa realizó diversas comisiones militares dentro del Distrito de Hidalgo, que como cabecera tenía la ciudad de Iguala. Juan Álvarez, jefe de la División del Sur, le reconoció el grado de capitán de caballería auxiliar el 3 de septiembre de 1859, encontrándose bajo las órdenes del coronel Gregorio Mena. Tras la Guerra de Reforma (1857-1861) el general Álvarez le otorgó el nombramiento de comandante de escuadrón, el 10 de noviembre de 1861, con lo que continuó combatiendo a los conservadores.
A principios de 1863 las tropas francesas al mando del coronel Frédéric Forey avanzaron con cerca de cuarenta mil hombres hacia Puebla y derrotaron a las tropas republicanas debido a la escasez de víveres y municiones, lo que abrió las puertas para establecer un Segundo Imperio. Después de que tomaron la capital de la República el 9 de junio, los imperialistas avanzaron hacia el sur, al actual estado de Morelos, que estaba defendido por el general Francisco Leyva. El coronel Lefebre, con 600 infantes de caballería tomó Cuernavaca el 29 de julio, obligando a las tropas liberales de Leyva a replegarse hacia Yautepec, Xochitepec, Tetecala, Taxco e Iguala. Desde entonces Cuernavaca permaneció en manos de los franceses y el emperador Maximiliano estableció su residencia de descanso en esta ciudad. Ante la entrada de los invasores a ésta y otras ciudades como Toluca, los jefes surianos buscaron reorganizarse en el estado de Guerrero, en el poblado de Ixcateopan estaba el entonces comandante de escuadrón Ignacio Figueroa, quien operaba en la sección Mena, que operaba hasta la zona de Teloloapan.
En reconocimiento por los méritos, valor y servicios realizados, además de las acciones de armas demostradas por Ignacio Figueroa, el general Juan Álvarez lo ascendió a teniente coronel de caballería de la milicia activa el 26 de septiembre de 1863 y en octubre participa en la toma de Taxco. Al llegar el mes de diciembre combatió al lado de Ignacio Manuel
Altamirano en Puente de Ixtla en donde capturaron un convoy de pertrechos que se dirigía a Iguala. Más adelante participó en la toma de Jojutla y de Tlaquiltenango.
Desde diciembre de 1866, Altamirano le comenta en un informe a Vicente Riva Palacio, general en jefe del Cuerpo de Operaciones y gobernador militar del primer distrito del Estado de México: “Vamos sobre Cuernavaca y la tomaremos”.
En el sitio a Cuernavaca, entre otras acciones, Ignacio Figueroa emboscó al coronel Paulino Gómez Lamadrid, quien murió junto a 14 soldados austriacos en Chipitlán. Finalmente, las tropas imperialistas evacuaron la ciudad la noche del 27 de enero de 1867. Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, Francisco Leyva tomó posesión de Cuernavaca en nombre del gobierno republicano.
Al finalizar el sitio de Cuernavaca, Ignacio Figueroa concentró a sus hombres en Toluca, para ayudar al general Riva Palacio a organizar las tropas del Estado de México. Posteriormente, se unió a las fuerzas sitiadoras de Querétaro, en donde combatió con valor para capturar al emperador Maximiliano.
En 1871, el coronel Ignacio Figueroa solicitó su separación del servicio de armas debido a unas dolencias que le aquejaban. El 12 de diciembre el presidente Benito Juárez le confirió el grado de General de Brigada, en atención a sus méritos y servicios. Más adelante participó en el combate a la rebelión del exgobernador de Guerrero, Vicente Jiménez.
La madrugada del 12 de febrero de 1873, el general Ignacio Figueroa fue cobardemente asesinado en el pueblo de Cocula, a manos de varios de sus subordinados.
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