A Belén Gabriela Sánchez González le dijeron que no podría vivir del arte y que mejor se capacitara en un oficio más productivo, como por ejemplo, el de estilista; ante la presión social, guardó sus sueños en un cajón y durante años cortó el cabello y puso uñas. Hoy es una de las invitadas a participar en la edición 2024 de la expo-venta más importante de arte del Continente, el BADA, en la Ciudad de México, del 8 al 11 de febrero.

Belén va de un lugar a otro con una sonrisa en el rostro, sus compañeros de proyecto consideran que es muy amorosa y se merece la invitación al evento, no sólo por su personalidad amable, sino porque su trabajo en la cartonería ha trascendido la barrera que se le impone al arte popular para codearse con la llamada obra de autor.

Formará parte de la delegación de Morelos de 22 artistas locales que asistirán a la exposición, cuya virtud es conectar de forma directa al artista con el comprador, y no puede sentirse más orgullosa.

Parada al centro de las piezas de su colección, nos contó que hace unos ocho años retomó su lado creativo, inspirada por el protagonismo de la calavera en el Día de Muertos y su encuentro con ellas en un festival Miquixtli, en el Jardín Borda. 

“Me enamoré de lo que hacían los cartoneros y dije, yo quiero hacer esto y empecé a capacitarme, a seguir la trayectoria de otros cartoneros y a entrar a concursos”, señaló. 
Pero no fue sino hace apenas un par de años, después de que se inscribió en la convocatoria del programa de la Secretaría de Turismo y Cultura (STyC), Colmenas Creativas, que decidió utilizar las tijeras exclusivamente para cortar papel.

A Belén Sánchez le brillaron los ojos cuando regresó en el tiempo y comentó que en su juventud fue alumna del maestro Guillermo Monroy, en el Instituto Regional de Bellas Artes, que hoy es el Centro Morelense de las Artes. “Yo ya tenía estudios en pintura y eso me sirvió mucho para iniciar”, apuntó.

Compartió que cuando quería dedicarse al arte, no faltó quien la desanimara, diciéndole que de eso no iba a vivir y mal influenciada, decidió abandonar su lado creativo para dedicarse al estilismo.

“Me dediqué a eso, pero siempre añoré regresar al arte, que es lo que verdaderamente me fascina”, expresó.

Ahora es la representante del colectivo Yolotl, con el que elabora todo tipo de piezas en cartonería, pero, principalmente estilizadas calaveras que hoy se exhiben en diferentes puntos del país y que han empezado a ser valoradas, estéticamente y económicamente. 

ANTONIETA SÁNCHEZ / antonieta.sanchez@diariodemorelos.com 
 

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