Cristiano Ronaldo volvió a pisar suelo estadounidense después de más de una década sin estar allí. Su presencia en Washington estuvo vinculada a una cena oficial en la Casa Blanca con Donald Trump, como parte de la delegación que acompañó al príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán, durante su visita diplomática.
Durante el evento, Trump dedicó palabras elogiosas a Ronaldo, reconociendo su fama mundial, y mencionó que su hijo Barron estaba emocionado por conocer al futbolista. Ronaldo ocupó un lugar privilegiado durante la cena, junto a su pareja, Georgina Rodríguez.
Uno de los elementos que hace más llamativa esta visita es que Ronaldo no había viajado a Estados Unidos desde 2014. La razón detrás de esta ausencia prolongada se relaciona con un litigio legal: en 2009, una mujer lo acusó de abuso en Las Vegas, pero en 2023 un tribunal desestimó el caso definitivamente. Al quedar libre de esa carga legal, Ronaldo quedó en condiciones de regresar al país.
Además, según reportes, tras la cena Ronaldo tuvo una reunión privada con Trump en el Despacho Oval. En ese encuentro, recibió una llave simbólica de la Casa Blanca y expresó su disposición a colaborar en iniciativas sociales: “Estoy listo para hacer mi parte”, dijo en un mensaje posterior.
El trasfondo de esta reunión va más allá de lo deportivo: Ronaldo había manifestado su deseo de conversar con el expresidente para hablar sobre paz mundial. En una entrevista con Piers Morgan, el jugador dijo que ve en Trump a alguien con poder para generar cambios y que comparte con él “algo en común”, aunque no quiso especificar qué.
Por otro lado, Ronaldo había enviado previamente una camiseta autografiada a Trump, con la inscripción “President Donald J. Trump, playing for peace” (“Jugando por la paz”), como una señal de su voluntad de promover la armonía global.
Este acercamiento ocurre en un momento estratégico, ya que Ronaldo milita en el club saudí Al Nassr y su presencia en la delegación del príncipe bin Salmán refuerza los lazos entre fútbol, diplomacia y negocios.
