Con la suspensión de clases también llegaría la cancelación de eventos cívicos, deportivos, y todas las actividades masivas; de inicio se esperaba una cuarentena corta, nadie imaginaba que sería el inicio de una serie de muchas prohibiciones cotidianas

CUERNAVACA, MORELOS.- Hace un año, el 17 de marzo, se anunció la suspensión de clases para evitar contagios por COVID-19, así como una gran cantidad de actividades que cambiarían nuestra vía cotidiana para siempre.

A pesar de que Morelos no registraba ningún caso confirmado, la Secretaría de Salud del Estado, anunció la suspensión de clases en todos los niveles educativos y se reanudarían el 23 de abril.

Además, a partir del 17 de marzo, se suspenderían todas las actividades no esenciales, como eventos cívicos, deportivos y festivales, así como eventos masivos. El objetivo era el mismo: evitar contagios de COVID-19, enfermedad que en otros países estaba cobrando la vida de cientos de personas.

Sin saberlo, sin imaginarlo, la vida diaria estaba dando un giro de 180 grados. En ese momento se creía que ‘la cuarentena’ duraría solo unas semanas y regresaríamos a la normalidad.

Sin embargo, a la suspensión de clases y de actos masivos siguieron otras muchas acciones que cambiaron por completo el estilo de vida.

Autoridades de Salud anunciaron que en cada una de las escuelas se integraría una comisión de salud en la que participarían padres de familias y docentes para promover la higiene escolar y la preparación de filtros para detectar algunas situaciones de riesgo entre los estudiantes.

El 23 de marzo, previo a las vacaciones de Semana Santa, se llevó a cabo el Consejo Técnico Escolar extraordinario, para educación básica, en el que se informó a profesores y personal administrativo los mecanismos para recuperar los contenidos del Plan de Estudios.

La pandemia apenas iniciaba y no se conocía la magnitud de las afectaciones que dejaría.

A un año de distancia las aulas siguen vacías. Las clases son virtuales, se disparó el uso de la tecnología; madres y padres de familia han tenido que involucrarse más en la educación de sus hijos.

Las recomendaciones de salud siguen siendo las mismas y, aunque ya existe una vacuna contra la COVID-19, el porcentaje de personas que la han recibido es bajo.

Por MARCELA GARCÍA / marcela.garcia@diariodemorelos.com

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