Cuernavaca, Morelos.- “En el nombre del cielo, os pido posada”, a partir de hoy en los barrios, colonias y poblados de México, este cántico sonará durante nueve días en espera de la Navidad, “dale, dale, dale; no pierdas el tino”.
Familias, vecinos y amigos se reunirán para salir con los peregrinos y llevar una vela encendida en su andar, pegarle a la piñata, tomar un poco de ponche y recibir un aguinaldo.
Es la tradición de las posadas que se remonta a hace cientos de años y representan los nueve días en los que, de acuerdo con las creencias cristianas, María y José peregrinaron para poder dar a luz al niño Jesús, el Hijo de Dios.
Esta tradición inició en la Conquista y llegó a suplantar las costumbres de los pueblos originarios; en el año de 1587, Fray Diego de Soria celebró por primera vez estas misas de aguinaldo en el convento agustino de Acolman, en el Estado de México, con la idea de sustituir las ceremonias invernales en honor al dios a Huitzilopochtli.
Su festejo ha ido cambiando con el pasar de los años y se le han ido añadiendo muchos elementos dependiendo de cada región del país.
Piñatas
Las piñatas jamás pueden faltar, son el broche de oro de las posadas, las tradicionales cuelgan siete picos y son hechas con ollas de barro, adornadas con papel china de colores que representan las vanidades del mundo y las tentaciones del demonio, de acuerdo con las creencias cristianas.
El ponche
El ponche caliente es la bebida navideña más representativa de la época, está elaborada con frutos de la temporada, tejocote, caña, manzana, canela, pasas, entre muchas frutas, la infusión y mezcla de todos los sabores dan como resultado un sabor navideño único.
Aguinaldos
El origen del aguinaldo se remonta a la época de los romanos, es uno de los signos del fin de año, junto con el Nacimiento de Jesús, representa obsequios que de manera material son buenos augurios para las personas en el año entrante.
Los peregrinos
Son el alma de la posada, ya que son los actores principales, pues los nueve días de fiesta deben ir frente al contingente, son figuras de barro o yeso, que van cargando las personas que pide posada, esto simboliza a María y José pidiendo ayuda para poder tener un lugar digno donde naciera Jesús.
Velitas
Mientras se cantan las letanías no pueden faltar las velitas en las manos de los peregrinos que piden posada, éstas significan la luz, pues al nacer el niño Jesús iluminó el mundo. Además se puede considerar una tradición que después de una posada, una que otra persona haya resultado quemada de sus dedos por la cera que desprenden las velas.
Los siete picos simbolizan a los siete pecados capitales: Pereza, envidia, gula, ira, lujuria, avaricia y soberbia, estos son destruidos cuando todos le pegan cantando: ¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino!
Originalmente las personas vendan los ojos de quienes pegan a la piñata, cubrirlos representa la fe ciega en Dios.
Una vez rota, los dulces y frutos que contiene representan la recompensa por vencer el pecado.
Las letanías
Las letanías con su tono y ritmo tradicional narran el pasaje bíblico y la odisea que pasó María y José; en la actualidad un grupo de personas se queda afuera para pedir posada y los anfitriones deben recibirlo con un “entren santos peregrinos, peregrinos”, una vez que se termina el cántico empieza la convivencia en la que se puede comer, beber y bailar.
José Azcárate
jose.azcarate@diariodemorelos.com
