Postal: ¡Gracias doctores Eloy Monge y Carlos Lupián..! Por todo lo vivido en mi estadía hospitalaria en el Sanatorio Guadalupe del doctor Carlos Lupián, hago aquí una pausa para expresar mi agradecimiento a su asistente Rosy Flores y a las enfermeras Patricia Flores, Patricia Aguilar, Diana Zamora, Leonor Pacheco, Graciela Aguirre, Isabel Ruiz y Daniela Cardoso, así como al personal de servicios Enrique Flores Acosta, Paula Cruz González, Mayra y Rosa Isabel Rojas Hinojosa y Berenice Barbina Barroso… Apoyado por mi esposa Laura, la llegada a Casa con la presencia en espera de mis hijos Pablo, Toño e Ivonne; mi nieto Diego y mis “yernas” Cindy Malo, Orquídea Álvarez y mi nieto André, fue un elíxir inolvidable para mi espíritu y mi voluntad de lucha por mi salud y mi vida… ¡Qué satisfacción..! ¡Qué volver a la vida fue el encuentro de estar con los míos..! Pero, siempre el pero… Mi refugio en el espacio domiciliario fue la parte alta de la casa, en el tercer nivel que para llegar a él casi casi que me costó un ojo de la cara por las dolencias que traía y así poder subir los ¡24 escalones!, ya que rechacé los analgésicos que según les comenté a los médicos, los considero un error tras haber visto en la vida a otros pacientes, pues en términos generales los recién operados cuando son dopados con ellos, como no sienten ningún dolor creen que ya están bien y empiezan a cometer errores para su recuperación, ya que se olvidan que por dentro y algunos por fuera tienen las heridas, que si no son debidamente cuidadas pueden no sólo ser lastimadas sino hasta abiertas, lo cual obligará a una segunda operación de emergencia que bien puede ser exitosa o por el descuido puede costar la vida... Ahí les dejo el mensaje a los médicos y a los operados... ¡Cero analgésicos y a aguantar el dolor para no olvidar la operación orgánica que se tiene y a caminar, caminar y caminar..! Los 24 escalones para llegar a mi recámara fueron subidos lenta, muy lentamente y de espalda… Ellos se me hicieron una eternidad por las molestias, el dolorcillo o el dolor que recomendaban paciencia, mucha paciencia y mucha prudencia para subir cada uno de los peldaños que me parecieron tan altos, como los de las pirámides precolombinas… Ya en la cama ¡Mi cama!, por fin qué descanso… En el espacio de la parte alta de la casa entre la recámara y otra área de estar, en no más de 15 metros de longitud marqué mi recorrido perimetral rodeando muebles y rincones que me permitieron convertirlo en “mi pista” de casi 40 metros, donde durante ¡22 días! tuve que mantenerme entre el reposo y las caminatas... Debo expresar con satisfacción y porque no, con orgullo, que en ese pequeño perímetro llegué a dar tantas vueltas que hasta en una hora o un poco más sin parar, significaron ser entre 3.5 a 4 kilómetros, pues soy un contumaz caminante... (Continuará..)
Post Data: ¡No fue fácil, pero..! Ni modo, al fiscal General de Justicia Uriel Carmona Gándara junto con sus agentes ministeriales, correspondió la nada fácil responsabilidad de detener al presunto pelafustán Criminal que por rumbos de la Colonia Carolina en Cuernavaca, penetró el hogar donde atentó contra una Niña a la cual violó y asesinó, para luego robar objetos de la vivienda... Quien sea este “rata”, violador y asesino amén de ser detenido en la inmediatez para apaciguar ánimos, reclamos y protestas de lugareños, atendió también las exigencias del propio Gobierno del Estado y la Opinión Pública coincidente contra este hecho bestial, que puso a Cuernavaca en la picota de la nota roja nacional e internacional... La labor de los ministeriales cuyo olfato y procedimientos están a prueba, no sólo exige la detención cumplida del presunto Asesino, sino también que no se vaya a incurrir en una pifia para salir del paso, por la posible creación de un “chivo expiatorio” a fin de tapar bocas, en ánimos de dejar su mensaje del deber cumplido... Carmona Gándara sabe y muy bien de estas cuestiones, por lo cual no deben aunque puedan exponerlo su subalternos, caer en el posible ridículo, por este detenido como presunto, sin la sustentación de las pruebas necesarias que lo justifiquen… Confiamos en el fiscal Uriel y en sus huestes ministeriales, a efecto de poder tener la tranquilidad de que un asesino y violador de esta laya, ya no ande a salto de mata y por lo tanto en libertad, con la posibilidad de cometer otra vileza... ¡Al pendiente, don Uriel! ¡Felicidades, si es el culpable! ¡Hasta mañana que será un día más..!
Por: Pablo Rubén Villalobos
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