Uno de los mayores retos que enfrenta la sociedad mexicana es la lucha constante contra la obesidad y el sobrepeso, ya que los problemas que implican tener acumulación excesiva de grasa en el cuerpo no excluyen sectores poblacionales acorde al poder adquisitivo o clase social.

Especialistas señalan que la principal causa de que México se ubique en los primeros puestos a nivel mundial con ciudadanos que padecen la enfermedad se debe a temas relacionados con la dieta y la mala alimentación, además, la obesidad también se asocia a otro factor detonante en el país: la diabetes.

En ese contexto, Gobierno e instituciones trabajan en promover medidas preventivas para que la ciudadanía cuide su salud y deje de consumir productos altos en azucares o grasas.

Refrescos, pastelitos, galletas o papitas son sólo algunos de los alimentos considerados ‘comida basura’ que desde hace tiempo se prevé la posibilidad de aumentar su impuesto como parte de la estrategia para combatir el problema de obesidad.

Sin embargo, aún se examina la probabilidad de incluir otros productos dañinos con base en evidencia científica que demuestre el tipo de proceso con el que son elaborados; conforme a los resultados que arroje el análisis, se establecerá si son acreedores de dicho impuesto.   

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, “las bebidas azucaradas aportan un tercio (28%) de todas las calorías que consume la población en América Latina”, mientras que el porcentaje restante proviene de alimentos procesados con altas cantidades de grasasodio azucares.

La alarmante situación focaliza a la población infantil, pues según datos de la Encuesta Nacional de Salud 2018, niños de 5 a 11 años de edad son el principal mercado de empresas dedicadas a la comercialización de galletas, papas fritas y snacks.

Asimismo, estudios internacionales afirman que México registra la adquisición más alta de los anteriores artículos, puesto que una parte importante del sueldo va a la compra de éstos.

La tendencia de obesidad se puede combatir con la aplicación de una política fiscal que contemple el aumento del IEPS refrescos bebidas azucaradas, así como un impuesto especial para alimentos procesados, suplementos dietarios con bajo aporte nutricional, comidas rápidas, entre otros.

Por otro lado, es recomendable fomentar la actividad física con campañas educativas que impulsen a la población a practicar algún deporte o realizar ejercicio diariamente.

 

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