Brasil fue testigo de una ola de calor sin precedentes este domingo 17 de marzo, con registros de temperaturas que han alcanzado niveles récord en varias regiones del país. En Río de Janeiro, la sensación térmica escaló hasta los asombrosos 62.3 ºC, marcando un hito que no se veía en una década. Esta cifra fue reportada por el Sistema Alerta Río a las 09:55 hora local del mismo día, superando todos los registros anteriores desde que se comenzaron a realizar mediciones en 2014.

En el oeste de Río de Janeiro, en lugares como el Jardín Botánico, la sensación térmica superó los 55 ºC, alcanzando los 57.7 ºC, convirtiendo a este enclave arbolado en un verdadero horno. Este fue el segundo día consecutivo de récords, tras haber alcanzado los 60.1 ºC el día anterior, superando la marca más alta previa de 59.7 ºC en noviembre pasado.

Las autoridades de Alerta Río emitieron advertencias sobre temperaturas máximas reales de 42 ºC en la ciudad, instando a la población a tomar precauciones ante esta situación extrema. Residentes como Raquel Correia expresaron su preocupación, buscando refugio en áreas más abiertas, como las playas de Ipanema y Copacabana, mientras las autoridades publicaban consejos para lidiar con el calor.

En paralelo, Sao Paulo también enfrentó temperaturas históricas, marcando el día más caluroso del año con 34.7 °C, la cifra más alta para un mes de marzo desde que se llevan registros desde 1943. El domingo, a pesar de un ligero alivio, el termómetro apenas descendió a 34.3 ºC, igualando el récord anterior para un mes de marzo.

Mientras los brasileños buscaban alivio en balnearios costeros, se produjeron embotellamientos en los accesos a Sao Paulo, con filas de automóviles que alcanzaron los 20 kilómetros, según informes locales.

Sin embargo, la situación meteorológica no solo trajo calor abrasador, sino también lluvias extremas en el sur del país, con advertencias de que la semana próxima continuará siendo de alto riesgo en el Centro-Sur de Brasil. Autoridades meteorológicas como MetSul alertaron sobre la llegada de un frente frío intenso, acompañado de lluvias torrenciales y posibles vendavales.

Las lluvias extremas ya han causado estragos en localidades como Uruguaiana, en el estado sureño de Rio Grande do Sul, donde las calles se han inundado y los autobuses han quedado sumergidos. Se prevé que las precipitaciones alcancen hasta 500 mm en algunas áreas, exacerbando aún más la situación.

Este fenómeno extremo se suma a una serie de eventos meteorológicos inusuales que han afectado a Brasil en los últimos meses. Expertos atribuyen estos fenómenos y la inestabilidad climática al cambio climático y a la agudización del fenómeno de El Niño. Con temperaturas globales que continúan aumentando, se espera que eventos como inundaciones, sequías y olas de calor se vuelvan más frecuentes y severos en el futuro.

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