La brecha generacional es un tema que cada vez toma más fuerza en nuestra sociedad. Aunque en muchas familias convivan personas de distintas edades, las diferencias en prioridades, valores y formas de relacionarse con la tecnología pueden crear tensiones, especialmente entre los baby boomers y la generación Z. A continuación, presentamos once razones que explican por qué estos dos grupos parecen vivir en planetas distintos, especialmente en el entorno laboral y social, con ejemplos que resuenan en el día a día de los mexicanos.

La brecha digital

Mientras que los boomers adoptaron la tecnología de forma tardía y, en muchos casos, limitada, la generación Z nació en un entorno hiperdigitalizado. Los jóvenes hoy en día pasan el doble de tiempo frente al móvil, utilizando diversas redes sociales para construir su identidad y establecer conexiones, mientras que para muchos boomers, Facebook es suficiente para mantenerse en contacto con familiares y amigos.

Diferentes filosofías laborales

Los baby boomers crecieron con la idea de que el trabajo duro era la llave para alcanzar la estabilidad y el ascenso profesional. En contraste, la generación Z ha aprendido desde temprana edad que un empleo debe ofrecer algo más: flexibilidad, respeto por la salud mental y un alineamiento con valores personales, en un mundo que ha mostrado sus grietas tras la crisis de 2008.

Cambios en el contrato social

En tiempos de los boomers, se creía firmemente que el esfuerzo y la lealtad a una empresa garantizaban recompensas a largo plazo. Hoy, los jóvenes consideran que ese contrato social se ha roto, buscando empleos que no solo paguen bien, sino que también tengan un propósito y un impacto social positivo.

Prioridades en el equilibrio vida-trabajo

Para muchos boomers, el sacrificio personal en pro del crecimiento profesional era algo natural. La generación Z, en cambio, defiende con firmeza la importancia de equilibrar la vida laboral con el bienestar personal, abogando por horarios flexibles y un ambiente laboral que promueva el cuidado emocional.

El uso de la tecnología en el día a día

La tecnología es un punto divisorio crucial. Mientras los boomers aún ven al teléfono principalmente como un medio para hacer llamadas, los zetas aprovechan cada dispositivo para trabajar, socializar y hasta como escaparate profesional, haciendo de las redes una extensión de su identidad.

Percepción del cambio climático

La conciencia ambiental es otro factor de discordia. Muchos boomers tienden a ver el cambio climático como una amenaza lejana, mientras que para la generación Z es una emergencia vital. Los jóvenes priorizan la sostenibilidad incluso a la hora de comprar, algo que no siempre se alinea con la mentalidad de generaciones anteriores.

Inclusión y diversidad

La demanda de entornos laborales inclusivos y diversos es innegable en la generación Z. Para ellos, la inclusión no es opcional, sino un requisito indispensable para convivir en una sociedad justa. Algunos boomers pueden percibir este énfasis en la corrección política como un exceso, lo que genera fricción en espacios comunes de trabajo.

Valores frente a estabilidad

Mientras que para muchos boomers la lealtad a una empresa y la seguridad laboral son pilares fundamentales, los jóvenes están dispuestos a cambiar de rumbo si eso significa trabajar en ambientes que compartan sus valores. Esta diferencia de criterios se traduce en expectativas muy distintas en el ámbito profesional.

Relaciones intergeneracionales complejas

A pesar de compartir lazos familiares, las prioridades cotidianas varían significativamente. Los boomers pueden verse sorprendidos al ver cómo sus nietos o sobrinos asignan gran importancia a aspectos que en su tiempo no eran ni de consideración, generando a menudo la frase “eso en mis tiempos no se hacía”.

El papel de la comunicación

La forma en que se comunican también marca la diferencia. Los boomers prefieren métodos tradicionales como el teléfono o el correo electrónico, mientras que la generación Z opta por mensajes instantáneos, videollamadas y plataformas digitales, haciendo que el estilo de comunicación se adapte a las nuevas tecnologías.

La necesidad de adaptarse o quedarse atrás

Por último, el ritmo vertiginoso del cambio tecnológico y social obliga a las nuevas generaciones a adaptarse constantemente. Este dinamismo puede resultar abrumador para aquellos que crecieron en épocas de cambios más graduales, haciendo que la brecha se amplíe no solo en el ámbito laboral, sino también en la forma de ver la vida y sus desafíos.

En resumen, aunque boomers y generación Z comparten lazos familiares y conviven en un mismo país, sus perspectivas sobre el trabajo, la tecnología y la sociedad son muy distintas. Comprender estas diferencias puede ser el primer paso para fomentar un diálogo intergeneracional que enriquezca a todos y permita que, a pesar de los contrastes, se encuentren puntos en común que beneficien tanto a la vida personal como profesional.

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