Por todos es sabido que la forzada remodelación del estadio Azteca, les ha pegado a todos, aunque los principales afectados por ejercer en él la localía, fueron América y Cruz Azul. Ambos optaron por la Ciudad de los Deportes, el viejo inmueble que, en alguna época, dio cobijo y pan al Atlante y a los celestes, sin embargo, en la actualidad es la casa de los azulcrema, quienes incluso tomaron por asalto los muros y butacas, para pintarlos con sus colores. La Máquina buscó otros aires, para albergarse en Ciudad Universitaria. Hubo muchos escépticos que no vieron una ventaja competitiva. El cuadro azul y el inmueble callaron bocas y la racha ganadora ha rebasado la marca de los propios Pumas, que ya es decir algo. Cuando llegaron al acuerdo para rentar el estadio, a algún geniecillo se le ocurrió poner una cláusula: que el día que Cruz Azul fuera local y enfrentara a Universidad, tendría que buscar otra sede. Y como no hay fecha que no se cumpla ni deuda que no se pague, este fin de semana se dará el enfrentamiento entre cruazulinos y felinos, solo que como el local administrativamente es el cuadro cementero, se jugará en el estadio Cuauhtémoc de la Angelópolis. Pumas se juega todo a una carta, pues tiene por obligación que ganar. ¡Imagine usted lo que sería poder jugar en tu cancha!, aunque la taquilla se la lleve el rival. La inmensa mayoría de los asistentes, serían aficionados auriazules, pero ni hablar, a agarrar sus triques y el autobús a Puebla, mis niños, diría el gran Pepe Segarra. Los pupilos de Nicolás Larcamón no van a regalar un milímetro de terreno, ya que está en sus manos terminar en el súper liderato, con las evidentes ventajas que ello conlleva. El simpático y carismático director técnico universitario, Efraín Juárez, está a nada de firmar un fracaso histórico. Después de agarrar una boca nada de oxígeno tras vencer, en Ciudad Universitaria, a un inoperante Xolos de Tijuana, le tocó bailar con la cacariza al enfrentar al equipo que, en mi opinión, mejor juega al futbol en este momento. El árbitro designado para este fundamental encuentro es el avecindado en Cuernavaca, Fernando Hernández. El apodado “Curro” es un muy buen juez, con gafete de FIFA y que ha pitado incluso finales. Mi pronóstico es que Pumas va a quedar eliminado y, ya encarrerado, que Cruz Azul va para campeón. Decía Don Fernando Marcos que más vale ser historiador que profeta, pero me mantengo en lo dicho, que para eso somos hombres y no payasos. Otro juego que acapara la atención, es el que definirá seguramente, al segundo lugar del torneo. Con igualdad de unidades, reeditan la Gran Final del campeonato pasado Rojos y Águilas, solo que la localía favorece al monarca actual. Voy Toluca y el nazareno en cargado de impartir justicia será el veterano Luís Enrique Santander. Sigo pensando en que el “arreglo” al que llegaron los mandos Unamitas con el Azul, en cuestión del arrendamiento del estadio, se les volteó, convirtiéndose en…un desperdicio.
