Todo parece indicar que el argentino Martín Anselmi, dejará el banquillo celeste para incorporarse al club Porto, de la Liga portuguesa.
Nada tendría esto de particular si no fuera porque el estratega pampero tiene un compromiso firmado, le han reforzado al equipo con los nombres y apellidos que pidió y el campeonato mexicano acaba de iniciar.
Sin embargo, el maldito dinero y la poca madre se han mezclado y todo parece indicar que las maletas ya van con dirección a la península ibérica.
Dirigió 50 partidos a la “Máquina”, dejando un muy buen sabor de boca en cuanto a porcentaje de goles, ganados y perdidos, así como establecer un récord de puntos para los torneos cortos.
Llegó a una Gran Final y a una Semifinal en los dos campeonatos que dirigió, cayendo en ambas instancias ante el odiado rival, las Águilas del América.
En ese par de series, se cuestionó su capacidad de reacción ante la osadía de su contraparte, el brasileño André Jardine.
Para esta campaña, la directiva celeste abrió la chequera y gastó aproximadamente 68 millones de dólares en fichajes, pero ni ese exorbitante desembolso lo hizo desistir en su deseo de cambiar de aires.
Como dice el gran cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa: “Si te vas, no te vayas así, llévate tu vida”.
En otra de entrenadores, el mexicano Javier Aguirre, con una diplomacia que no le conocíamos, se declaró satisfecho con la “Gira de la ignominia”.
El Tri, como todo mundo sabe, fue a Sudamérica para jugar dos amistosos, uno en Brasil frente al Inter de Porto Alegre y otro en Argentina ante River Plate.
A los amazónicos se les ganó dos por cero para caer, por idéntico marcador, ante el cuadro del barrio de Núñez.
Ante la negativa de los dueños de los equipos en México de ceder jugadores, faltando flagrantemente a sus promesas de apoyo, el “vasco” tuvo que armar un equipo de chile, dulce, mole y pozole.
Dice que lo que más le gustó de esos compromisos, pactados fuera de forma y tiempo, fue el encontrar un ambiente hostil, refiriéndose a la localía del River.
Que yo sepa, en lo que le viene al cuadro tricolor, de nada le sirve la adversidad tribunera.
No está jugando eliminatoria por ser país sede y en los próximos compromisos en CONCACAF, los asientos estarán ocupados ya sea por público local o el paisanaje allá en el “gabacho”.
Por lo tanto, no le veo sentido en qué ayude que les tiemblen las piernas o vean al amenazante monstruo de mil cabezas para su desarrollo futbolístico, al margen de que, a la inmensa mayoría de estos jugadores, no los volveremos a ver vestidos de verde, por lo menos, no con la selección mayor.
En fin, un mundo raro es este de los directores técnicos. Uno con contrato se va, el otro olvida que “los de afuera son de palo”, dijera Obdulio Varela del público en Maracaná en la Final de 1950, Cruz Azul busca uno y el “piojo” Miguel Herrera debuta con derrota dirigiendo a Costa Rica.