Nuestros senadores, tan proclives a legislar sobre cosas fundamentales, por fin sacudieron la inercia y se pronunciaron sobre un tema de profundo interés: la brecha salarial en el deporte, principalmente en el amplio escaparate del balompié.
Usted se preguntará: ¿porqué el futbol?. La respuesta es que en el mundo del absurdo y la globalización, es el único deporte que se sigue considerando “profesional” en México.
Pero bueno, el hecho es que se ha aprobado una iniciativa que, si bien no pretende igualar los sueldos de los varones con las féminas que patean un balón, lo que busca es establecer un piso mínimo que, de manera digna, permita a la atleta vivir de su trabajo.
Se invoca para ello un artículo de la Ley federal del Trabajo que indica que, a condiciones y desempeño iguales, debe pagarse el mismo salario a mujeres y hombres.
El problema se torna grave cuando la maldita economía, que no sabe de género o condición, termina mandando.
La “Unidad de negocio” llamada futbol femenil, a los clubes les genera pérdidas.
El torneo nació por obligación, impuesta desde la FEMEXFUT, por un visionario dirigente como Enrique Bonilla pero, a través de su corta historia, queda demostrado que sólo cuatro clubes lo han tomado en serio a cabalidad.
Tan es así, que todos los campeonatos se los han repartido entre Tigres, Monterrey, Chivas y América.
No sólo es el costo salarial de las futbolistas, ojo, por demás merecido. Hablamos de finanzas.
Hay que pagar al cuerpo técnico, del tamaño que cada entidad quiera y pueda. Los traslados, hospedaje y alimentación para ese vasto contingente. El arbitraje junto con el VAR, que ayuda pero encarece el servicio y luego, las multas, inevitables por tarjetas amarillas, rojas e incidentes.
Mariana Gutiérrez, presidenta de la Liga femenil, ha alertado a los legisladores de los peligros de tensar demasiado la cuerda.
Se trata de una mujer inteligente, brillante, feminista pero a la vez, pragmática.
Si se aprieta de más, se corre el riesgo de que más de la mitad de los equipos, de ese tamaño es la bronca, tiren la toalla y se deje en el desempleo a más de 200 jugadoras más sus entrenadores.
Me tocó, perdón por el autocebollazo, dirigir a los árbitros mexicanos durante cinco años.
En la LigaMx se paga exactamente igual a mujeres que a varones. Fue un logro.
Lo mismo que en el femenil se logre un salario igual para todos equiparable al de la Sub-20.
Pero no es lo mismo pagarle a seis que a veinticinco más las erogaciones ya señaladas.
El crecimiento del futbol de mujeres, su calidad y brillantez harán que de a poco, los ingresos por ese concepto engorden las arcas de los equipos.
Mientras eso pase, pies de plomo, tanto de políticos como de propietarios de los equipos y dirigentes federativos.
Un paso a la vez, es lo que nos llevará a conseguir esa ansiada…equidad salarial.
