Históricamente, sólo tres presidentes municipales de Cuernavaca han ascendido al cargo de gobernador de seis años: el priista Felipe Rivera Crespo, en la década de los setenta; el panista Sergio Estrada Cajigal, en el arranque del siglo XXI, y Cuauhtémoc Blanco Bravo, en 2018. Con Jorge Morales Barud sucedió al “revés volteado”: primero fue gobernador sustituto en 1998 pero sólo por un bienio cuando relevó a Jorge Carrillo Olea, y cuatro años más tarde alcalde de la capital, después de que a fines de los ochenta lo había sido también de su natal Puente de Ixtla. Otros lo intentaron: el extinto José Castillo Pombo, quien en 1998 se convirtió en el primer procurador general de justicia propuesto por el jefe del Ejecutivo al Congreso Estatal, y David Jiménez González, este último, el actual embajador de México en Honduras y, dicho sea de paso, el político morelense que posee el récord del “hueso de gobierno permanente”, desde la década de los sesenta del siglo pasado hasta hoy día que ha ocupado algo así como una veintena de puestos administrativos y una decena de cargos de elección. El comentario lo trae a cuento una regla: la proximidad del inicio del proceso electoral en la primera semana de septiembre con la primera sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral del año previo a las elecciones federales ordinarias del año que viene. Y una circunstancia que será histórica: la coincidencia en tiempo con la pandemia del coronavirus que se teme al menos cruzará el siguiente semestre e influirá socialmente en el desarrollo del proceso pero no aplazará la naturaleza de la contienda preelectoral. Es el caso de la presidencia municipal de Cuernavaca y de algunos –por ahora sólo unos cuantos– de los aspirantes que mencionan los corrillos políticos. Por Morena, el actual alcalde Antonio Villalobos Adán, que puede y tiene con qué para ir por la reelección, y la presidenta de la Junta Política y de Gobierno del Congreso Estatal, Alejandra Flores Espinoza; del PAN, el dirigente estatal del mismo, Juan Carlos Terrazas, y Javier Bolaños Aguilar, destacado en opinión de los más del panismo capitalino como el candidato idóneo. Reaparecido en Morelos hace un par de semanas luego de quince meses que se mantuvo “sufriendo” en el camastro de la playa cancunense, Francisco Moreno Merino no puede tener otro proyecto más que el gobierno de Cuernavaca ni otro partido que no sea el PRI, en las tripas del cual se podría ver las caras con Matías Nazario Morales pero no forzosamente, habida cuenta que éste tiene la opción de la influencia política del SNTE y la viabilidad de otro partido, el MAS (Movimiento Alternativa Social), una de las nuevas organizaciones políticas cuyos impulsores palpan el registro electoral. Entre los futuros alcaldes, los siguientes diputados federales y otros de puestos distintos está el gobernador del 2024… RAFAEL Reyes Reyes, de Jiutepec, resume el calvario de los presidentes municipales: “(Nos urge) una bolsa que nos permita hacer frente a la situación que viene. Al no tener recaudación de recursos, esto se tendría que establecer en una mesa de trabajo. Estamos en espera de ser convocados por el Ejecutivo y de ahí definir lo que puede venir, porque lo que hoy se presenta como un problema grave, un virus a nivel mundial, se puede convertir en un foco de infección”. Desesperados, los alcaldes morelenses solicitaron que el Gobierno del Estado financie, forme, funde, cree –lo que sea, pero ya– una bolsa especial de apoyo a los municipios ante la crisis financiera que se avizora por la pandemia del Covid-19. Eso fue el jueves, pendientes de la respuesta que no debe tardar… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp