La escena mueve del estupor a la indignación, pero es cada vez más común en Cuernavaca y en un número creciente de ciudades de México. La que vemos ocurre un día sí y otro también en los cruceros de toda la ciudad, de Poder Legislativo, Gobernadores, Domingo Diez, Morelos, Álvaro Obregón, Morelos, Galeana, Palmira, Elías Gómez Azcárate. Frente a la estatua de Vicente Guerrero, una niña de seis y otra de cuatro se encaraman como pueden, sobre todo la más pequeña, en el cofre del automóvil para medio limpiar el parabrisas y el medallón. Condescendientes, el conductor y su acompañante miran con gesto triste y casi avergonzado los ingentes movimientos del par de niñas. ¿Están ahí por gusto? ¿Por travesura? No. ¿Por necesidad? ¿Por hambre? Es lo más probable. ¿O porque alguien –un adulto de su familia– las empuja a buscar unas monedas que quizá no sean para ellas? Esto también resulta muy posible.

Para ampliar el panorama estatal y nacional de esta escena, los siguientes botones de muestra. En México un elevado porcentaje de niños y niñas tienen que trabajar sin las condiciones de salud y educación que son necesarias para desarrollarse a plenitud.

Según datos de la Asamblea de Representantes de la Ciudad de México, el número de niños que trabajan en las calles rebasa el millón. A una edad muy temprana, se ven en la necesidad de apoyar al ingreso familiar con su trabajo.

Según cifras de los DIF municipales, hasta el 2016 en Morelos había unos 300 niños “en condición de calle” y unos 80 en Cuernavaca. Pero si entonces estas cifras resultaban excesivamente conservadoras, hoy son muchísimos más; el número real está en los menores que vemos en los cruceros de la capital del estado y municipios del interior.

Los datos estadísticos del país y Morelos muestran un panorama sombrío sobre la situación de la infancia en México, no sólo por el hecho de que los niños tengan que trabajar, también por las condiciones en las que sobreviven, injustas, con signos evidentes de explotación.

Otro aspecto alarmante es el crecimiento del número de menores que recurren a la prostitución como medio de sobrevivencia. En 2016, datos de organizaciones no gubernamentales ya advertían que un millar de niñas y jovencitas, de entre 14 y 16 años, se prostituían en la CDMX a cambio de cantidades de dinero que oscilaban entre 15 y 24 dólares (unos 255 y 425 pesos de hoy). El fenómeno de la prostitución infantil es más grave en aquellas ciudades donde no hay alternativas de trabajo y estudio para los menores, como pueden ser las ciudades fronterizas y destinos turísticos.

El trabajo infantil impide a los niños acceder a las condiciones normales para un desarrollo pleno, es decir, gozar de salud, educación y juego. A esto se añade el hecho de que en sus diferentes trabajos los niños están expuestos a peligros, accidentes y enfermedades inherentes al mismo.

El contexto abominable: Recientemente fue arrestado un hombre en cierto municipio del sur del estado por presunto abuso sexual. Habría abusado sexualmente de una niña de 11 años. En los primeros minutos del día siguiente, un jovencito de 16 años y una chica de 20 fueron atacados a balazos en un campo deportivo de Jiutepec. El ambiente: Por la madrugada un individuo había sido abatido a tiros en un bar de Emiliano Zapata, y la tarde del mismo día, en Alpuyeca un grupo de sicarios asesinó al conductor de una camioneta…

DE intelecto minúsculo y lengua larga, una reportera cuyo nombre prefiero ignorar me mencionó como “articulista”, “priista” y papá de un senador. Una: No soy articulista, sino columnista, y dos: no soy ni seré priista y nunca he estado afiliado al PRI… (Me leen mañana).

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