Uno: se supone que el domingo antepasado fue colocada la primera piedra del monumento a Emiliano Zapata que andando el tiempo podría ser uno de los más altos –¿del mundo?–, en la comunidad de Moyotepec perteneciente al municipio nativo del héroe agrarista, Ayala. Esto de acuerdo a una manifestación de quien declara como presidente de la asociación “Monumentos Gigantes del Zapatismo”, Amador Espejo Barrera. Dos: de cara al 2019, cuando se cumplirán cien años del asesinato del mártir de Anenecuilco, el diputado coordinador del Partido Acción Nacional en el Congreso del Estado, Carlos Alaniz Romero, propuso la semana anterior colocar en otro sitio la estatua del líder de la Revolución del Sur, pues quedó oculta entre planchas de concreto. Y tres: en agosto pasado, un comunicado del Ayuntamiento de Cuernavaca aseguró que desde meses atrás el entonces alcalde y luego gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, sostenía reuniones con “ejecutivos” de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para la reubicación de la estatua “que se encuentra atrapada debajo del distribuidor vial del mismo nombre”. Se infiere que en esas siguen, pero no obstante que repentinamente los agarró una suerte de “estatuitis” a ningún funcionario del Gobierno del Estado se le ha ocurrido asesorar a Cuauhtémoc para que reponga la estatua del Generalísimo en los límites de Morelos y la Ciudad de México. Del fusilamiento de don José María Morelos y Pavón se cumplirán 203 años el próximo 22 de diciembre. Nos sucede tanto a los morelenses por nacimiento como a los morelenses por adopción, no así a los forasteros recién llegados, entre éstos uno que otro integrante del gabinete del nuevo gobierno de nuestra entidad. El asunto es así: regresando de la Ciudad de México pasas Topilejo y Parres, te aproximas a Tres Marías y esperas que “te salude” la estatua de José María Morelos y Pavón, como antes. Durante 31 años señaló los límites de este estado y el ex Distrito Federal, hasta que un día desapareció, consignado el suceso desafortunado en esta nota del colega Justino Miranda: “De su derribo y destrucción nadie se percató hasta que su cuerpo cercenado lo descubrió personal de Caminos y Puentes Federales (Capufe) en diciembre de 2012. Una investigadora de arte dice que el ataque a la escultura ecuestre del generalísimo José María Morelos y Pavón ocurrió el 6 de diciembre de aquel año, cuando delincuentes armados con soldadura autógena y seguetas amputaron patas, cortaron su base, desmontaron al general y decapitaron al animal de bronce. Sólo el tronco del brioso equino quedó tirado en el pasto frío que bordea la autopista México-Cuernavaca y así lo encontró personal de Capufe. La última vez que lo vieron fue en una bodega gubernamental en el municipio de Jiutepec, hasta donde acudió el gobernador Graco Ramírez, en enero de 2013, para supervisar el daño causado al guardián del estado. El diagnóstico que ofreció el Gobernador fue lapidario; dijo que la reconstrucción tardaría dos años ya que las acciones vandálicas lo dañaron en 50%, al cercenar el cuerpo y dejar prácticamente aislado el tronco del animal, elaborado en bronce, cuyo material, al parecer, pretendían robar para su comercialización. Fiel custodio del estado que lleva su nombre, José María Morelos y Pavón mantuvo su posición heráldica en ese lugar desde 1954, aunque inicialmente sin caballo, según el cronista e historiador Valentín López Aranda (que) dice que en 1953 el presidente Ruiz Cortines donó al gobierno de Morelos un predio en el kilómetro 46.9 de la autopista México-Cuernavaca, en los límites con el Distrito Federal, donde se colocó un grandioso monumento de piedra dedicado a Morelos y Pavón, obra del escultor potosino Everardo Hernández, quien radicó por muchos años en Cuernavaca. Fue un coloso que medía 7 metros de alto en la que el prócer, con su brazo derecho y su dedo índice extendidos, señalaba a la entidad. La obra fue inaugurada en septiembre de 1954 por el entonces presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines y el gobernador del estado, Rodolfo López de Nava. Posteriormente fue demolida y sustituida, en 1986, por una escultura ecuestre de Morelos, realizada en bronce por los artistas Ernesto Tamariz, Artemio Silva y Eduardo Tamariz. La obra fue develada por el presidente de la República, Miguel de la Madrid, y es la misma que en diciembre de 2012 fue mutilada por unos delincuentes que pretendían comerciar con el metal’, escribió López G. Aranda”… La reconstrucción, dijo Graco, “tardaría dos años”, pero esto no sucedió y, peor aún, hasta hoy día a nadie le importó… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp