En el correr de la historia los años resultan segundos, y décimas de segundo los años. El tiempo vuela más rápido que la velocidad de la luz. En este sentido, parece que fue ayer cuando ocurrió el rompimiento del sitio de Cuautla, y no hace 223 años. Lo que sigue es algo, sólo un vistazo a ojo de pájaro de lo que no les enseñan a los niños en la escuela o les enseñan muy poquito.
Si Morelos hubiera tenido un mejor caballo no habría sido aprehendido, pero el hubiera nunca ha existido. El traje militar con el cual le hicieron el retrato al óleo más famoso y de autor infortunadamente anónimo –después de la toma de Oaxaca– lo vistió una sola vez. Siendo sacerdote tuvo tres hijos. Pudo haber sido el primer presidente de la República de Anáhuac, la designación oficial con la que fue nombrado México en sus Sentimientos de la Nación, considerada como la primera Constitución de la Nación Mexicana. El Congreso de Chilpancingo lo nombró Capitán General de los Ejércitos de América, pero al rechazar la designación de Alteza Serenísima se autonombró Siervo de la Nación.
Por encima de títulos y adjetivos, José María Morelos y Pavón es considerado el fundador de México. ¿Qué tipo de conocimientos y habilidades poseía Morelos para llegar a ser el hombre fundador de la Nación Mexicana?
De las cinco campañas que realizó durante el lustro de 1810 a 1815, hay una veintena de acciones que pusieron en jaque al sistema virreinal. Por ejemplo, al tomar el puerto de Acapulco y el fuerte de San Diego en 1813, Morelos incauta las remesas de oro y plata provenientes de los minerales de Taxco, El Oro y Tlalpujahua hacia España vía Las Filipinas. Despojar de esa riqueza a la ávida Corona Español en constante guerra contra Europa era motivo suficiente del odio de las jerarquías religiosas, militares y virreinales.
Entre las tomas de ciudades principales de estas campañas, sobresalen la de Tenancingo, el 22 de enero de 1812, y el Sitio de Cuautla, de febrero a mayo de ese mismo año, donde Morelos prácticamente pasó por encima de los españoles dejando en ridículo a Calleja. En octubre y noviembre se apoderó de Orizaba y Oaxaca, sendas ciudades de importancia estratégica comercial y de comunicaciones del virreinato. En la segunda de éstas fue donde se popularizó el sobrenombre que cundió junto con el prestigio del caudillo. Está en su apogeo como jefe militar, con osadía y afortuna arrebata plazas importantes de los realistas. Tiene el control político de la Junta Nacional Americana y a sus adversarios en ella, dirigidos por Ignacio López Rayón, los dejó fuera del mando de la misma y sin cargos militares.
El 5 de noviembre de 1815, Morelos fue apresado en Temalaca, Puebla, por las tropas españolas al mando del coronel Manuel de la Concha. Morelos intentó salvar la vida de uno de sus soldados y en ese momento fue aprehendido por diez soldados realistas. Morelos llegó a la metrópoli el 13 de noviembre de 1815. Pero antes, los días 14 y 15 de ese mes, estuvo preso en el Palacio de Cortés de Cuernavaca, el hoy Museo Cuauhnáhuac recientemente reabierto. La celda que ocupó fue –o es– una de las salas y su presencia se recuerda –o recordaba– con una placa alusiva… (Me leen mañana).
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