Siempre escuchamos hablar que tal o cual ciudad sobresale de las demás por lo atractiva que resulta al recorrer sus calles, y surge la pregunta, nuestra ciudad de Cuernavaca ¿qué tan atractiva es para nuestros visitantes?, cuando la pregunta debería ser ¿Qué tan atractiva es para nosotros?.
La belleza de una ciudad no estriba en que sea depositaria de un gran acervo construido de alto valor arquitectónico o histórico, la imagen de la ciudad que todos disfrutamos, se conforma por diferentes elementos tanto naturales como construidos, que al conjugarse forman el marco visual de la ciudad, el cual está en íntima relación con las usos y costumbres de sus habitantes.
Este marco visual, también es conocido como la “imagen urbana” de la ciudad, la cual se conforma por diversos elementos preponderantes, tanto naturales como construidos, que le permiten al ciudadano reconocer los diferentes espacios por donde transita, de acuerdo al uso que le dé a cada uno de ellos.
Kevin Linch demostró que la gente percibe el espacio urbano en diversos elementos y esquemas mentales, convirtiéndolos en elementos constantes que dividió en cinco categorías:
Sendas: Todas aquellas calles, vías o senderos por los cuales se puede transportar la gente, ya sea en vehículo o de manera peatonal.
Bordes o límites: Aquellos elementos que delimitan áreas o que impiden transportarse de un lugar hacia otro.
Barrios o distritos: Aquellas zonas que tienen características similares.
Nodos: Puntos estratégicos de la ciudad a los que puede ingresar un observador. Puede ser también un cruce o convergencia de sendas.
Mojones, mojoneras o hitos: Aquellos puntos de referencia que fueran impactantes al momento de visualizarlos.
Entonces, la imagen de una ciudad incluye elementos arquitectónicos, urbanos, sociales como costumbres y tradiciones y naturales, los cuales en su conjunto ofrecen una imagen que nos impacta emocionalmente a través de la visión. De este concepto se desprende el proyecto de “Pueblos Mágicos”, programa de la SECTUR que nace en el 2001 con la finalidad de reconocer aquellas localidades que han conservado su arquitectura original, tradiciones, historia y cultura,  dando preponderancia a los atributos simbólicos de las localidades, como leyendas, historia, hechos trascendentes, en pocas palabras “magia”.
Morelos cuenta con la declaratoria de dos pueblos mágicos, Tepoztlán en el año 2010 y Tlayacapan en el 2011; el nombramiento de una localidad le trae beneficios, en primer lugar, el reconocimiento de la localidad nombrada en el mercado turístico nacional e internacional, y en segundo lugar, la obtención de recursos económicos federales, que se suman a recursos estatales y municipales, con la finalidad de: Estructurar una oferta turística complementaria, generar y promocionar las artesanías, festividades, tradiciones y gastronomía del lugar, entre otros. Desgraciadamente, la presente administración federal canceló el programa en el 2019.
No obstante lo anterior, nuestras ciudades y localidades siguen existiendo y su belleza las resalta a unas más que a otras, no por la existencia de diversos elementos preponderantes, tanto naturales como construidos, sino por el estado en que se encuentre la “imagen urbana” de la ciudad, el conjunto de elementos que conforman la visión que el ciudadano tiene de su localidad.
En los últimos años se han realizado esfuerzos aislados para rescatar la imagen urbana de las localidades de Morelos, en el periodo de gobierno de 1982 – 1988, se implementó el programa “Nueva imagen nueva comunidad”, en donde el gobierno del estado proporcionó recursos económicos por medio del Colegio de Arquitectos, con la finalidad de dar una imagen ordenada y limpia a la Ciudad de Cuernavaca, pintando las fachadas de las principales calles de la ciudad. Este ejercicio fue muy bueno y uniformó los colores de las edificaciones con frente a las calles; sin embargo, no fue un proyecto integral para rescatar la imagen urbana de la ciudad, solo fue un ejercicio de fachadismo que ayuda a la visión general.
En el periodo de gobierno de 1994 a 1998 se implementó el programa “Rescate de la Imagen Urbana en Morelos”, en donde se aprobaron recursos para siete localidades del estado, entre las que se encontraban: Tlaltizapan, Miacatlan, Puente de Ixtla, Axochiapan, Real del Puente, Tetecala y Cuautla. Este programa también tuvo como eje principal de ejecución, la pinta de fachadas de calles principales y trabajos aislados de pavimentación de calles y banquetas, reparación de espacios públicos y un arco alusivo al ingreso a la localidad.
Como podemos observar, el rescate de la imagen urbana de las principales localidades de Morelos, no es un tema prioritario para las autoridades locales, y cuando lo toman en cuenta, piensan que la imagen urbana es solo la pinta de fachadas. Con el desaparecido programa de “Pueblos mágicos”, se intentó dar un giro a la intervención de las autoridades, y parte de los recursos que se invirtieron en Tepoztlán fueron para mejorar las fachadas del primer cuadro, pero también para mejorar la pavimentación y la infraestructura básica, dentro de la cual se realizaron algunos trabajos de agua potable, drenaje y entubado de cables de energía eléctrica y telefonía.
Es claro que los recursos nunca son suficientes para tanta necesidad en las localidades; sin embargo, no se toma en cuenta que un gasto de este tipo es una inversión a mediano y largo plazo, principalmente para el gobierno federal que en el presente año cancelo el programa de “Pueblos mágicos”. Rescatar la imagen urbana de las localidades es una inversión que redunda en beneficios económicos y mejora el nivel de vida de los habitantes al lograr captar un mayor número de turistas que disfruten la estancia en Morelos.
Las autoridades se enfrascan en un círculo vicioso, en donde se repite hasta el cansancio “No tenemos dinero - no hacemos obras de embellecimiento”, aun cuando esto traiga un beneficio económico a un estado que se dice turístico y que no invierte lo suficiente en el desarrollo turístico de sus localidades.
El descuido de la Imagen Urbana en las localidades, se puede decir que provoca desorden, perdida de orgullo y armonía social, pertenencia en la comunidad, caos visual y ambiental y lo más grave, se rompe la identidad de todos sus habitantes con su lugar de origen, pues les da pena el estado físico tan deplorable en el que se encuentra sumergida su ciudad.
También tenemos que decir que la pérdida de una imagen urbana digna en las localidades, no es una total responsabilidad de las autoridades, los habitantes y dueños de nuestro patrimonio construido, también tenemos que poner nuestro mejor esfuerzo para vivir en una localidad hermosa. La falta de ética profesional en algunas autoridades, han permitido la existencia de una total falta de solidaridad por parte de los habitantes, ya que a tanto robo ¿?, se responde con un total abandono y “que papa gobierno lo haga”.
Como ejemplo podemos mencionar que conservar y mejorar la Imagen Urbana de Cuernavaca en el presente, constituirá el legado más importante que nuestra localidad pueda heredar a las generaciones futuras, ya que se podrá conocer el pasado esplendoroso de nuestra ciudad a través de sus construcciones, calles y plazas, lo cual permitirá crear la base de un mejor futuro para sus habitantes.
Un lugar con patrimonio histórico, bellezas escénicas, una amplia cultura y una gran cantidad de tradiciones, es atractivo para los visitantes; sin embargo, es más atractivo si es un lugar bello y bien cuidado.
Desarrollar un programa de “Rescate de la imagen urbana de las localidades de Morelos” requiere dinero; sin embargo, es importante contar antes con elementos que permitan generar un verdadero programa del rescate de la imagen urbana, entre otros, se requieren los siguientes:
• Investigación del centro histórico de la localidad, de sus calles, inmuebles, elementos tipológicos, ornamentales, detalles arquitectónicos, sucesos históricos y tradiciones.
• Situación actual que guardan las calles, los inmuebles y los espacios públicos, definiendo su deterioro, diversas alteraciones y situación legal.
• Definición de una propuesta conceptual del rescate de la localidad, considerando la permanencia de su identidad y tipologías locales.
• Realización de un proyecto ejecutivo y obtención de autorizaciones requeridas por fachada, calle o sector de la zona a rehabilitar.
• Elaboración de un manual descriptivo de especificaciones técnico – constructivo, que evite la construcción de tipologías diferentes a las originales.
• Contar con un programa operativo de la ejecución de la obra.
• Determinación de un padrón de contratistas con experiencia y capacidad para la ejecución de este tipo de obras.
Como se puede observar, antes de contar con recursos económicos para ejercer en obra, se requiere una serie de elementos que no son sujetos a financiamiento oficial, los cuales dificultan la obtención de los recursos. Todo este listado de elementos complementarios puede ser producto del apoyo de las universidades, en donde los estudiantes pueden trabajar para sus prácticas profesionales y tesis, contando con el apoyo de los Colegios y Academias de profesionistas.
Todos pensamos que las obras públicas es responsabilidad de la autoridad, sin embargo, el rescate de la imagen urbana va dirigido a nuestras casas, a nuestras calles y a conservar nuestras costumbres, por lo cual, gran parte de la responsabilidad recae en nosotros. Los beneficiarios somos todos, los propietarios, los prestadores de servicios turísticos y los habitantes de la ciudad en general, sin dejar fuera la participación del sector público que se nutre del pago de nuestros impuestos.
Si todos trabajamos en un compromiso compartido, los beneficios se regresaran y podremos disfrutar de ciudades más bellas que serán acreedoras a un sinnúmero de beneficios económicos con el incremento de turistas.
Agosto del 2019

“Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Morelos A.C.”
opinion@diariodemorelos.com

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