La vida es muy corta como para no amarse a sí mismo, mira cómo lograrlo.

¿Te desmotivas fácilmente?, ¿menosprecias tus esfuerzos?, ¿piensas mucho en tus debilidades?, ¿te ves poco guapo(a)? Si contestaste que sí, es un hecho, tu autoestima está noqueada y hay que hacer algo.

¿Por qué? Imagina que esos sentimientos no se van nunca y tienes que vivir con ellos. Nada sano, ¿verdad?

Estamos seguros de que has tratado de pensar positivamente y aprender a quererte, pero si no sabes cómo hacerlo y tus intentos no han sido buenos, necesitas cambiar tus pensamientos y comportamiento. Así lo harás de forma más permanente, no solo por unos días.

Reconoce que eres una persona

¿Cómo es eso de reconocer que eres una persona?, es obvio ¿no? Ojalá fuera tan simple, pero no es así y tú que siempre buscas la perfección lo sabes. Aunque no exista en realidad, buscar la perfección solo te llevará a creer que nada de lo que hagas será suficientemente bueno.

Lo mejor es aceptar que tienes defectos y virtudes, trabajar sobre los primeros y potenciar las segundas. Irónicamente, es más fácil que reconozcas tus áreas de oportunidad en vez de lo genial que eres. Pero una forma de hacerte consciente de esto es hacer un par de listas.

En una de ellas con honestidad, coloca en fila todos aquellos defectos que crees tener y en la otra todas las virtudes. Ahora haz lo mismo, pero preguntándole a alguien que conozcas, verás que muchas cosas empatan y otras te sorprenderán.

Escribirlas hará que las aceptes más rápido y reflexiones sobre ellas.

Disfrutarte y consentirte es igual a quererte

Esta parte es tan importante como respirar. Cuando no te quieres mucho porque te consideras feo(a) puedes pensar que no tienes derecho a estar bien y sentir placer. Dejas sin sentido las delicias de la vida como comer, tener sexo, reír y hasta dormir. Intenta esto:

  • Date cariños, mastúrbate de vez en cuando con un juguete sexual de CHERISH que libere el estrés, te recuerde lo bello que es tu cuerpo y lo afortunado(a) que eres de poder sentirlo.
  • Come lo que más te guste en tu lugar favorito cada que quieras, no necesitas un pretexto.
  • Pon una película de comedia y ríe hasta que te duela la panza.
  • Corre una app para conciliar el sueño como esta y tendrás un mejor descanso. 

Háblate con respeto, deja de ofenderte porque tiraste el vaso

De niños nos enseñan que hay que respetar a los demás, no gritarles ni hablarles sin educación, pero nadie nos dice que nos hablemos sin ofendernos y cuando llegamos a ser adultos se nos hace fácil aventarnos piedras.

Cuando vas por ahí caminando y te tropiezas o tiras algo en la cocina y provocas un desorden, te dices cosas como: “¡ay qué tonto(a)!”, “¡mira lo que acabo de hacer!”. ¿Te suena familiar?

Cuando esto suceda, antes de decir una palabra o pensarla, detente y una de dos o te quedas en silencio y aceptas que eres humano y cometes errores o te dices “no pasa nada”.

Hazlo SIEMPRE, no es necesario que lo digas, pero que sí lo pienses así. Esto evitará que te dejes tratar mal por otras personas, porque tú ya desde el inicio no te estás permitiendo maltratarte, menos dejarás que alguien más lo haga.

Di “yo puedo”, “voy a tener éxito” ¡y hazlo!

¿Cuántas veces te has asustado por algo y al hacerlo dices “ah no era para tanto”? Cuando te dicen “piensa positivo” no queda claro que no solo es tener las palabras en la mente, debe haber una acción inmediatamente después que cierre el círculo.

Si solo lo piensas, pero no haces nada, entonces vuelves al mismo punto y no avanzas ni un centímetro. No está mal ser realista, incluso no es recomendable ser 100% positivo porque entonces te pierdes en la fantasía de lo idealista y poco real de la vida.

Pero puedes adoptar la filosofía de “ya tengo el no, ¿qué pierdo si lo intento?”.

¡Ponte pilas hoy! Si lo dejas para mañana, no lo harás

Procrastinar es una palabra muy fuerte, pero es cierto que cada que suspendes una actividad y dices “luego, luego, mañana, tal vez después, etc.” le estás pegando directo a tu autoestima mandándole el mensaje de que no eres capaz de terminar lo que inicias.

Si sueles evadir tus responsabilidades o no enfrentar un acontecimiento e irte a refugiar al lugar más recóndito de tu casa, es momento de corregirlo y no hacerlo más.

Identifica si estropeas tus logros y deja de hacerlo

Aunque el Síndrome del Impostor es un padecimiento psicológico declarado y está en un nivel de gravedad mucho más elevado que tener una estima baja, puedes experimentar algo similar al sentir que haber logrado algo no fue por mérito propio.

Puedes decir que fue un golpe de suerte, por causa divina y un sinfín de cosas más que solo sirven para sabotearte. Así que cada que tengas un logro por mínimo que sea, disfrútalo y acepta que tú y solo tú te ganaste la medalla.

Una de las cosas que permiten quienes tienen la autoestima baja es que los demás abusen de ellos, por eso no te permitas lastimarte.  Ahora pon en práctica estas ideas, combínalas y obtendrás la fórmula exacta para subir el termómetro de tu amor propio todos los días.

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