Una huelga de 24 horas de los gremios aeronáuticos en Argentina ha desencadenado la cancelación y reprogramación de cientos de vuelos, dejando a miles de pasajeros varados en tierra. Mientras los sindicatos exigen mejoras salariales, el gobierno denuncia la irresponsabilidad de la medida.
La Asociación del Personal Aeronáutico (APA), los Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) convocaron a la huelga tras rechazar una oferta de recomposición salarial del 12% por parte de las empresas del sector, considerando insuficiente dicha propuesta en comparación con la inflación.
La empresa de bandera, Aerolíneas Argentinas, se vio particularmente afectada, con la reprogramación de 330 vuelos, lo que impactó a aproximadamente 24 mil pasajeros. Otros aeropuertos, como el Jorge Newbery de Buenos Aires, permanecieron inoperativos.
El gobierno, por su parte, condenó la huelga como una "irresponsabilidad", señalando que dejó a 35 mil personas sin poder viajar, lo que podría haberles costado oportunidades de empleo o vacaciones planificadas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ordenó la intervención de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para garantizar la libre circulación en los aeropuertos del país.
Mientras los sindicatos justifican su acción como un reclamo legítimo por mejores condiciones laborales, el gobierno y los pasajeros afectados expresan su frustración por las consecuencias de la huelga. La incertidumbre persiste en medio de la disputa entre las partes involucradas.
