En la Estación del Ferrocarril de Cuautla, Emiliano Zapata y Francisco I. Madero se dieron un abrazo, en agosto de 1911, donde Madero ante la multitud elogió el movimiento de revolucionario del ejército libertador del sur, y los invitó a formar una nueva alianza revolucionaria.
En la quinta entrega de ‘100 años sin el general’, abordamos el lugar donde Zapata marca distancia con el gobierno federalista, y el sitio donde posteriormente fue asesinado a traición.
La lucha siguió hasta llegar a otro sitio crucial en lo que se denomina la ultima etapa de la revolución; la ex hacienda de Chinameca construida en 1906, es el último punto de la Ruta de Zapata, ahí, bajo el arco de la entrada donde cayó el cuerpo de Emiliano Zapata sobresale una escultura ecuestre del Caudillo del Sur.
En este sitio, la guardia estaba formada para hacer honores y en cuanto Zapata cruzó la puerta, el clarín tocó 3 veces la llamada de honor y 2 veces le dispararon a quemarropa toda la carga.
Hoy la Hacienda cuenta con un completo Museo de Sitio, que exhibe la silla de montar del As de Oro, piezas, documentos y fotografías de la época; al fondo se puede apreciar el chacuaco con la leyenda: “Tierra y Libertad”. Enfrente de la Hacienda Chinameca, está la elevación conocida como “Piedra Encimada”, donde Zapata pasó sus últimas horas, planeando su encuentro con el general Guajardo, y se dice que también con una buena amiga; hoy en toda esta región se recuerda con orgullo a este revolucionario agrarista que murió por la Tierra y la Libertad.
Antigua Estación del Ferrocarril de Cuautla
La Antigua Estación del Ferrocarril de Cuautla se ubica en lo que fuera la huerta del ex convento de San Diego del siglo XVII. Históricamente fue escenario de eventos importantes en la Revolución Mexicana, en los talleres de la estación se puede admirar la única máquina de vapor de vía angosta No. 279 que aún funciona y fue puesta en servicio en el año 1904.
Para 1911, cuando Zapata recibió a Madero en el hoy Tren Escénico de Cuautla, este último le propuso al General entregar sus armas, situación a la que se negó el caudillo, ya que las fuerzas federales ya avanzaban hacia Yautepec; meses tarde, el rompimiento fue definitivo cuando Madero asumió el poder y se negó a cumplir acuerdos con Zapata.
Emiliano Zapata se sintió engañado, por lo que le mandó a decir al primer mandatario que avanzaría a la Ciudad de México con 20 mil hombres, y que tendría el gusto de llegar hasta Chapultepec para colgarlo de uno de los sabinos más altos.
Fotos y Texto: Guillermo Tapia e Israel Valdivia/DDM
