El 11 de agosto pasado, la piscina internacional de Ismailia, en Egipto, fue escenario de una hazaña extraordinaria: Walaa Hafez, oficial naval que quedó cuadripléjico tras un accidente, logró marcar un récord Guinness en buceo adaptado.
Según la certificación oficial, Hafez permaneció sumergido 6 horas, 4 minutos y 45 segundos, convirtiéndose así en el primer hombre con su condición que completa una inmersión de resistencia en un entorno controlado.
Durante la prueba, descendió aproximadamente 5 metros de profundidad y estuvo bajo el agua desde las 11:00 hasta las 17:04 horas, apoyado en todo momento por un equipo técnico que le brindó hidratación y asistencia.
Este logro fue registrado dentro de la categoría CI1, correspondiente a personas cuadripléjicas con movilidad reducida en brazos y piernas.
La vida de Hafez ya estaba marcada por desafíos y superación antes de este récord. En 2015 había establecido otro hito en el buceo en mar abierto: una inmersión de 51 horas, 24 minutos y 13 segundos, lo que le valió el apodo de “la ballena egipcia”. Tras el accidente automovilístico que le provocó la cuadriplejia, él redefinió su meta: demostrar que los límites físicos no definen la voluntad.
Al culminar la inmersión, el aplauso del público, la presencia de su equipo y el reconocimiento formal dieron testimonio del alcance simbólico del logro. Entre los reconocimientos estuvo la entrega del certificado por parte de Raafat Tawfik, juez de Guinness World Records, quien subrayó que la pasión y la constancia fueron claves en esta hazaña. Además, el presidente de la Autoridad del Canal de Suez, Osama Rabie, homenajeó públicamente a Hafez tras su proeza.
Más allá del récord, Walaa Hafez ha usado su trayectoria como un mensaje de esperanza. En 2020, por ejemplo, construyó la palabra “PAZ” con 501 chalecos salvavidas, otro logro certificado por Guinness. En cada nuevo desafío reafirma su convicción: “ningún reto es demasiado grande cuando hay voluntad e inspiración para enfrentar obstáculos”.
