Jojutla.- More­los se ha con­so­li­dado como uno de los des­ti­nos más atrac­ti­vos del país para la prác­tica del para­cai­dismo, un deporte extremo que com­bina adre­na­lina, téc­nica y pai­sa­jes úni­cos, una expe­rien­cia que Uriel Her­nán­dez deci­dió vivir y com­par­tir, rela­tando desde el miedo pre­vio al salto hasta la inten­si­dad de la caída libre.

Zonas como Teques­qui­tengo y Cuautla con­cen­tran la mayor acti­vi­dad, con empre­sas que ope­ran desde el Aeró­dromo de Teques­qui­tengo, ofre­ciendo sal­tos en tán­dem con ins­truc­to­res cer­ti­fi­ca­dos y equipo moderno, lo que ha con­ver­tido al estado en un punto de refe­ren­cia para quie­nes bus­can expe­ri­men­tar la caída libre.

Los sal­tos se rea­li­zan desde altu­ras supe­rio­res a los 13 mil pies, per­mi­tiendo vis­tas pri­vi­le­gia­das del lago de Teques­qui­tengo y sus alre­de­do­res. Esta expe­rien­cia, que dura ape­nas unos minu­tos, se ha vuelto cada vez más popu­lar entre visi­tan­tes y loca­les que bus­can cele­brar fechas espe­cia­les o rom­per con la rutina a tra­vés del deporte.

Los cos­tos varían entre 2 mil pesos hasta e 4 mil , depen­diendo de la altura del salto y la empresa que te ofrezca el ser­vi­cio, una inver­sión que muchos con­si­de­ran jus­ti­fi­cada por la inten­si­dad de la viven­cia.

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