Sin duda, la última parte del año tiene muchas fiestas, pero también muchos problemas, las cosas no están sencillas en el estado, pero podemos ver muchas que se mejoran. Las buenas noticias, como la que nos dio el Presidente Municipal acerca de cómo ha bajado la deuda del municipio es extraordinaria; la aprobación del presupuesto por la Cámara de Diputados es un buen logro de la gobernadora Margarita González Saravia, y el que estén activas las denuncias contra los que han robado a nuestro estado (dígase Grákula) son buenas noticias, esperemos así sea que de la misma forma midan la gestión de la rata inmunda del Lobito, como la de el pésimo ex gobernador futbolista. Morelos y Cuernavaca en verdad necesitan de honestidad en la función pública, y por más que lo cacareen que mejor lo demuestren con hechos; estamos cansados de la retórica, las promesas de honestidad y la supuesta lucha contra la corrupción, que son el pan nuestro de todos los días.

Rafael Reyes Reyes, Coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, señaló que, por primera vez en años, se logrará un consenso pleno entre el Ejecutivo y Legislativo. “Esto marca un avance significativo. No sólo se aprobó un presupuesto, sino también un acuerdo unánime entre los diputados, algo que no ocurría en administraciones pasadas”, dijo, lo que es cierto.

Talamontes en el corredor Ajusco-Chichinauhtzin, al norte de Morelos, en los límites con el estado de México están provocando el ecocidio más grave de este siglo, toneladas de madera del monte están siendo derribadas y comercializadas en el mercado negro, arrojando ganancias de millones de pesos, todo al amparo de las autoridades federales, municipales y estatales. Entre tanto, en el municipio de Huitzilac, conurbado a Cuernavaca, se escenifica una serie de crímenes, como el secuestro, homicidio y robo, entre otros, que ponen en tela de juicio el trabajo del alcalde Rafael Vargas Muñoz.

Por las madrugadas, las organizaciones delictivas dedicadas a la tala clandestina trabajan con equipo de alta tecnología, por lo que camiones son observados al abandonar el bosque en las primeras horas del día con toneladas de madera, que son comercializadas en el mercado negro a pesar de los operativos que realizan el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional por la zona.

Huitzilac, Morelos, es un municipio que ha sido históricamente conocido por su rica biodiversidad y sus bosques de pinos que cubren gran parte de su territorio. Sin embargo, la tala clandestina está acabando con estos recursos naturales, poniendo en riesgo no sólo el ecosistema local, sino también el equilibrio ambiental de toda la región. Los habitantes de este municipio, así como las autoridades locales, denuncian una creciente actividad ilegal que amenaza la conservación de los bosques.

A lo largo de los últimos años, la tala ilegal ha crecido exponencialmente, sobre todo en las zonas más inaccesibles de Huitzilac, donde la vigilancia es mínima. Los taladores, muchas veces asociados con grupos organizados, se adentrarán en los bosques sin el menor respeto por las leyes que protegen la flora y fauna del lugar. El objetivo es claro: obtener madera para su comercialización, un negocio lucrativo que pone en peligro la vida silvestre y contribuye al cambio climático.

En los últimos meses, los habitantes del municipio han observado con creciente preocupación los daños que esta actividad ilegal está causando en su entorno. Diversos informes indican que la tala ha alcanzado niveles alarmantes, afectando áreas protegidas y parques nacionales. Pese a los esfuerzos por parte de las autoridades locales y federales, la falta de recursos y de una estrategia eficaz de vigilancia siguen siendo un obstáculo

Además de los daños ecológicos, la tala clandestina tiene repercusiones en la economía local. Las comunidades de Huitzilac dependen en gran medida del ecoturismo, una actividad que se ve afectada por la destrucción del entorno natural. La pérdida de los bosques no sólo destruye los hábitats de flora y fauna, sino que también disminuye la belleza paisajística.

El combate a la tala clandestina en Huitzilac requiere una respuesta integral que involucre tanto a las autoridades federales como a las estatales y municipales. Las autoridades han reforzado la presencia de la Guardia Nacional y las brigadas forestales, pero muchos consideran que estas acciones son insuficientes, debido a la falta de personal capacitado y de recursos materiales.

Por su parte, organizaciones no gubernamentales y grupos ecologistas han alzado la voz para exigir medidas más contundentes en la protección de los recursos naturales de Huitzilac. A través de campañas de sensibilización y propuestas de conservación, buscan involucrar a la ciudadanía en la defensa de los bosques, y presionar para que las autoridades adopten estrategias más efectivas. A decir de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado, existen seis grupos delictivos con presencia nacional que se disputan el control en Huitzilac: Los Colombianos, Los Mayas, Los Linos, La Familia Morelense, La Unión Guerrerense y La Oficina, así como los locales que son Los Chuchas y Los Purinas, que antes habían tenido problemas que ahora se están recrudeciendo.

Solo hay que recordar el hecho lamentable ocurrido a tres trabajadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dos hombres y una mujer, que fueron asaltados, secuestrados, violados y mutilados por delincuentes en la zona montañosa de esta región, sin que ninguna autoridad lograra contener los hechos; así como el secuestro de una reconocida chef y su marido por

secuestradores, y hasta el momento en ninguno de los casos ha habido detenidos.

Ante los hechos delictivos, el gobierno federal anunció un operativo especial en la región norte del estado, en los límites de Morelos con el estado de México, donde destacamentaron a 80 elementos de la Guardia Nacional, los que en estos momentos se encuentran realizando recorridos de sobrevigilancia, así como la instalación de retenes en las principales carreteras del lugar en el combate a la delincuencia y la tala clandestina.

Mientras ellos patrullan en un lado, el pasado viernes trataron de asaltar a mi amigo Guillermo Del Valle, haciéndose pasar por policias, indicándole que se parara, lo que no hizo al darse cuenta de que no eran guardianes de la ley, y con el acelerador a fondo logró llegar a esta ciudad, con el consiguiente susto de él y su hija que lo acompañaba; así no podemos vivir, ya no se puede ni ir a la capital del país y no vemos que la autoridad haga algo al respecto, y la inseguridad continúa dejando más muertos el fin de semana; las promesas empiezan a cansar y no vemos resultados. ¿No cree usted?

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