Nada más mire esto: “Esperanza Silver de México traerá desarrollo a Morelos”.

Después de que luchamos durante más de dos años para que la empresa en cuestión no acabara con el campo morelense, ahora resulta que es y será un polo de desarrollo, y autoridades dicen que “contribuirán a la generación de empleos directos e indirectos, y provocarán una derrama económica”, que el proyecto minero traerá importantes beneficios y se respetarán el medio ambiente y los recursos naturales.

Qué gran mentira, ¿cuánto dinero les dieron a funcionarios públicos?; la verdad no puede ser, mire la nota:

“Tras considerar que la minería es una de las actividades más importantes para el mundo y para México, el vocero del proyecto de la empresa Esperanza Silver de México, Ricardo Sierra Oteiza, afirmó que en Morelos contribuirán a la generación de empleos directos e indirectos, pero además provocarán una derrama económica importante respetando el medio ambiente y los recursos naturales”. Esta es una descarada y tremenda mentira. El proyecto de una mina a cielo abierto trae destrucción y una contaminación exagerada, esta es la verdad; pero al parecer ya se repartieron en las esferas gubernamentales los suficientes recursos para poder echar a andar un proyecto que es exactamente lo contrario a lo que señalan.

Sierra Oteiza destacó que Esperanza Silver de México, que forma parte del grupo Álamos a nivel internacional, adquirió el proyecto hace cinco años y la primera estrategia que han implementado es el reposicionamiento estratégico, en cuanto a presencia se refiere, con la comunidad de San Agustín Tetlama, en el Municipio de Temixco, donde se tiene registrado el yacimiento de oro y plata en los terrenos comunales.

Dijo que el proyecto plantea el uso del agua con la circularidad y la conservación de los ecosistemas del norte del estado; es decir, en la parte norte del estado como es el Corredor biológico Ajusco Chichinautzin, así como en las Lagunas de Zempoala, porque ahí es donde se recarga el agua.

“Para nosotros, la conservación de esta región implica convertirnos en auto suficientes para el desarrollo del proyecto. Vamos a conservar un equivalente a bosques a la recarga de los volúmenes de agua que el proyecto necesita. No vamos a usar más de lo que requiere la mina”, aseveró.

Además de asegurar que el proyecto “está pensado en una superficie de mil 66 hectáreas, y no de los 15 mil como erróneamente se dice”, y en los que probablemente, una vez que concluyan los estudios de geotecnia que se tienen que realizar, puede incluso ser una cantidad menor de tierras a las mil hectáreas.

Recordó que Esperanza Silver de México adquirió el proyecto hace cinco años y la primera estrategia que está llevando a cabo es el tener un reposicionamiento estratégico desde su presencia en la comunidad de San Agustín Tetlama, en el municipio de Temixco, donde se tiene registrado el yacimiento en los terrenos comunales, luego de asegurar que anteriormente había una empresa diferente, que no tuvo los resultados favorables porque no presentó la documentación correspondiente; sin embargo, ahora se busca implementar una “construcción modelo” y para ello se entregaron ya todos los estudios necesarios a la Semarnat.

“De ahí que se ha tenido un primer acuerdo de acercamiento con la comunidad para poder tener acceso a la tierra donde está el yacimiento, y posteriormente empezar a construir con evidencia técnica y científica con toda la información que requiere un proyecto de esta naturaleza, solventando en mucho lo que no se había hecho en el pasado”. Lo que implica, agregó, que para un proyecto minero como el de Tetlama, la obligación de que se realice una enorme cantidad de estudios previos para poder estar en condiciones de presentar un proyecto ante la autoridad competente.

Con todo respeto, pero todos sabemos, gracias a los estudios hechos por universitarios, que todo lo que nos señala el representante de la empresa es una mentira; no sólo se contaminará y empobrecerá la tierra, dejándola parecida a un desierto, sino que, además, afectaría la zona arqueológica de Xochicalco.

Al parecer, ya el INAH compró una parte del terreno entre la zona arqueológica y el principal cerro de la región.

Lo increíble es que la Secretaria de Desarrollo Sustentable, encargada del tema, no haga nada. La inutilidad de la autoridad es increíble, ¿cómo va a ser posible que no se dé cuenta del daño ecológico a la zona? O, pensando mal, ya le llegaron al precio, porque la lucha de hace algunos años para eliminar el proyecto fue verdaderamente fuerte, pero ahora resulta que “el proyecto es bueno” sin tomar en cuenta que empezó por dividir a la comunidad, creando graves problemas político-económicos.

La verdad, la nota no es creíble y lo más probable es que hay mucho dinero de por medio, pues no es posible que cambie el sentido de un proyecto de esa manera, por lo que se ve que es un gran negocio para las autoridades responsables sin que les importen los daños al medio ambiente y a los pobladores de la región. Si esto no es cierto, que demuestren lo contrario. ¿No cree usted?

 

Teodoro Lavín León
lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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