Dos coaliciones partidistas han recibido ya el registro de tres aspirantes a la Presidencia Municipal de Cuernavaca, otro partido ha disfrazado su oferta presentándola como los representantes de la estructura municipal, y otros están buscando la manera de amarrar a sus candidatos. El tiempo juega en contra de las dirigencias, y en breve comenzará la desesperación por armar las planillas. En Morelos, 23 partidos tienen registro para competir, pero la mayoría no podrá armar un cuadro completo en todos los municipios, ni siquiera en la capital.

Veamos cómo van las cosas en algunos partidos:

La coalición “Juntos Haremos el Cambio”, integrada por Morena, Encuentro Social y Nueva Alianza, enfrenta la resistencia de un grupo de morenistas encabezados por su dirigente estatal y líder político, el subsecretario “Rabín” Salazar. A pesar de la controversia, la coalición quedará firme y su candidato será el diputado Jorge Argüelles Victorero; al virtual candidato obradorista le tocará remar contra corriente, se convertirá en el enemigo común de toda la oposición, cargará con la imagen del gobernador Cuauhtémoc Blanco y será boicoteado por Morena.

Aunque aún faltan algunos meses para que comiencen las campañas, Argüelles Victorero no tiene tiempo que perder, porque, además de buscar el voto en una elección completamente diferente a la del 2018, debe construir políticamente en un terreno inestable, desconocido para él y para su equipo; aunado a ello, necesita llevar a su lado a figuras que le ayuden a conseguir votos, que le abran puertas con la sociedad y no que simplemente se cuelguen de su trabajo. Eso sin dejar de lado que requiere un equipo profesional que le maneje la estrategia, la comunicación y la estructura.

Luego está la coalición panista, cuyo candidato será José Luis Urióstegui Salgado. El abogado representa para muchos la mejor propuesta por su seriedad, preparación, experiencia e historia; se trata de alguien conocido en la entidad, cuya trayectoria pública es aplaudida, aunque también existen etapas y momentos de su actuación que no son buenos y seguramente serán expuestos a la luz pública cuando comience formalmente el proceso. Un dato duro: además de los adversarios naturales de una campaña, el abogado recibirá el ataque soterrado de tres gobernadores.

José Luis Urióstegui Salgado tiene muchas cosas a favor, pero también tiene debilidades que le complicarán la campaña y lo ponen en desventaja respecto a los otros contendientes. Lo primero que sobresale en la propuesta del abogado es la falta de un equipo que conozca los procesos electorales, que tenga experiencia técnica más allá de sus jornadas ciudadanas y sepa competir sin ocurrencias. José Luis navegará a ciegas porque no tiene estrategas ni instrumentos de análisis que le permitan tomar decisiones más allá del instinto; tampoco tendrá los grandes patrocinadores financieros que ya se ven en otras casas de campaña, ni recibirá dinero, estructura o ayuda de la dirigencia panista. Para los hermanos Terrazas, José Luis es una excelente apuesta, les generará votos para meter regidores y obtener prerrogativas a cambio sólo de una candidatura difícil de consolidar.

Dicen que el “caballo negro” de la contienda es el candidato de Fuerza por México, partido que de último momento reclutó a Javier Bolaños para que acompañara en la fórmula al ex gobernador Sergio Estrada Cajigal. Este organismo político de reciente creación ha generado interés por la manera cómo ha ido construyendo su proyecto, con figuras electoralmente rentables y un equipo de campaña nuevo y entusiasta.

Sergio Estrada Cajigal, que fue un buen alcalde y un mal gobernador, reaparece con la idea de que muchos lo recordarán porque pavimentó Cuernavaca, pero un amplio sector de los votantes actuales ya no lo recuerda, y su físico ya no le ayuda a presentarse como el niño bonito de la elección, como sucedió en 1997. La idea de FxM en Cuernavaca es lanzar una propuesta panista vestida de otro color, con el objetivo de atraer la simpatía y los votos del panismo que está colocado en el segundo lugar de las encuestas.

En el PRI aún no hay definición porque la lucha interna les ha complicado todo, incluyendo la alianza en la capital; lo que parecía una tercera coalición regresó a ser una oferta unipartidista, en la cual un grupo de militantes sigue peleando con su dirigencia. Jonathan Márquez ha buscado candidato desde hace varios meses, les ha ofrecido la posición a diversos actores y, conforme transcurre el calendario, se va quedando sin nombres.

Antonio Sandoval ya no está en los planes del PRI, y ahora sólo le queda reciclar a Jorge Arizmendi o darle la oportunidad a Cipriano Sotelo. Ninguno de estos dos personajes les garantiza el triunfo porque ninguno tiene liderazgo, ni capital político o rentabilidad electoral, pero el Revolucionario Institucional podría decantarse por el abogado porque es menos malo que el ex diputado y eventualmente podría allegarse un equipo profesional que lo proyecte, aprovechando las debilidades de las otras casas de campaña.

Dos ofertas más hay que observar: la que encabeza Matías Nazario en el Movimiento Alternativa Social y la del partido Renovación Política Morelense de Leticia Salgado Peña. El primero tiene a su favor el trabajo hecho por Nazario Morales a lo largo de los últimos años, así como la estructura que ha construido en los meses recientes y los recursos económicos que lo van a acompañar; en el segundo se cocina la participación de algunos ex funcionarios del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, como Fidel Giménez y Alejandro Villarreal, además de que tiene como estratega electoral de campaña a Rafael Giménez, el mismo que estuvo en la campaña del 2018 de la coalición Juntos Haremos Historia en Morelos.

La elección del 2021 en Cuernavaca no la va a ganar el mejor candidato, sino el mejor equipo de campaña. Tener buena reputación o enarbolar la mejor propuesta no va a ser suficiente, para lograr la meta en las urnas se necesita un buen planteamiento que incluya estrategia electoral y análisis político, manejo de medios, buena comunicación, atención y anticipación de conflictos y conocimiento de la ciudad. Eso y mucho dinero para poder competir.

Entre menos cosas se tengan de las mencionadas, más difícil va a ser ganar la elección. ¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León / lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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