En su reciente visita, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador anunció que se realizará una consulta pública para definir si se pone o no a funcionar la termoeléctrica, que se encuentra ya al 100 % de su construcción, o sea totalmente terminada. La consulta la hará la Secretaria de Gobernación, como se hizo la del aeropuerto.

Por lo que podemos ver, la información ya está definiéndola el alegato de que contaminaría y dejaría sin agua a los beneficiados de Cuautla, y el asunto ya está siendo tratado de lado o por encimita, al declararse que los especialistas inician asambleas de información; y dicen que se respetarían acuíferos de la entidad.

Han sido muy explícitos en informar que en la operación de la termoeléctrica la Comisión Federal de Electricidad utilizará agua de la planta de tratamiento de aguas negras, líquido que se limpia y va al caudal del río Cuautla; esto no significa que se use el agua del afluente, según se afirma en las Asambleas de Información sobre la termoeléctrica de la comunidad de Huexca en el municipio de Yecapixtla.

Este viernes, expertos en temas ambientales y de energía, funcionarios del Gobierno Federal y personal de la Comisión Federal de Electricidad iniciaron la campaña de información sobre costo-beneficio y funcionamiento de la termoeléctrica.

Como decía un tribuno, el que no quiera ver que no vea, pero creo que ya es una decisión tomada que, además, no le va a gustar a todos aquellos que durante toda la construcción se han opuesto a la instalación. El Gobierno Federal ha sido implacable y no ha hecho caso; y ahora el gobierno de México a través del delegado federal para los Programas de Bienestar Social en Morelos, Hugo Eric Flores Cervantes, dijo: “A nadie queremos engañar, queremos que la gente tome la mejor decisión en la consulta ciudadana que se desarrollará el próximo 23 y 24 de febrero sobre el futuro de la termoeléctrica”.

Pero insistió en que Morelos es la única entidad en el país que no produce electricidad; sin embargo, de aprobarse la operación de la planta, disminuirá el cobro del suministro sin explicar cómo ni cuánto.

Nada más cheque esto: en una casa en donde una anciana de más de cien años vive sola con su enfermera, los últimos recibos señalan una tarifa DAC, y no sé cómo la alcanzó porque ya ni siquiera ve la televisión y no sale de su cuarto, por lo que la luz que ocupa es nada, pero tiene que pagar de seis a siete mil pesos bimestrales porque la CFE no admite reclamo ni da explicación, y si no paga le cortan la energía.

La información que ahora manejan los representantes de la autoridad federal dicen que “en Morelos el 100 por ciento de la energía que se consume no es producida aquí y eso, desde luego, hace más cara la energía eléctrica porque se tiene que transmitir de otros lados de nuestro país”.

Otro enviado con el mismo fin, el Director General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, Salvador Hernández Silva, dijo: “Tiene mucha bondades y ventajas este tipo de proyectos, porque al final el agua no va ser utilizada de los acuíferos de la entidad, sino de la planta de tratamiento de Cuautla”. Y fue más claro al señalar:

“El Proyecto Integral de Morelos (Termoeléctrica y Gasoducto) se inició en 2009 con el objetivo de generar la energía eléctrica necesaria para el consumo directo del estado; desde el 2011 se emitió la autorización de impacto ambiental, donde se establecieron medidas y condiciones a la CFE para garantizar la conservación de la flora y fauna, al suelo y a los cuerpos de agua”.

Más claro ni el agua. La decisión, siento yo, ya está tomada y esta gira de reuniones que han realizado en Jojutla y Xochitepec; en Yecapixtla y Cuautla; ayer en Jonacatepec y Totolapan; y el miércoles 20 en los municipios indígenas de Coatetelco, Hueyapan y Xoxocotla, tiene una intención muy clara: señalar las bondades del proyecto apoyados en toda la fuerza del Gobierno Federal para convencer y vencer.

Al parecer, no saben que los morelenses somos un poco tercos y que, cuando pensamos que algo está mal, luchamos a brazo partido para impedirlo. Creo que les falta leer más sobre Zapata y darse cuenta de que el ADN del morelense de a de veras es convicciones y lucha; así que no está tan fácil. Estos nuevos funcionarios ni son de aquí, ni influencia tienen con los ciudadanos de a pie, y menos con los cuautlenses -que una vez resistieron sitiados sin agua más de doscientos días- y no hay respeto por ninguno de ellos aunque entienden que son las autoridades; pero mis paisanos los ven con recelo y opinan que dicen muchas cosas bonitas, pero contestan: “¡Si pues!, pero no les creo”.

La estrategia es OVI, dirían mis alumnos, así que pónganse abusados, no se vayan a equivocar porque la pagamos todos. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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