Gloria Gómez Moreno es una señora de 66 años de edad, católica por herencia y hoy por convicción, afirma. Doña Gloria tiene como ahijado un Niño Dios, es parte de la tradición y por lo tanto es comadre de Plácida Adame, de 68 años; entre ellas existe este lazo desde hace muchos años.
En la víspera del 2 de febrero, madrinas y padrinos de uno o varios niños Dios cumplen con vestirlos y al día siguiente lo llevan a bendecir a la iglesia.
“Tengo 20 años siendo madrina del niño Jesús y al comprometerme no puedo dejar de ser su madrina, siento que es un mandato de Dios; pero cada quien toma esto como mejor lo desee. En mi caso así lo siento, así lo hago y así lo vivo. Cada año acostamos al Niño Dios el 24 de diciembre, desnudito, se le hace una oración y celebramos con un canto; aprovecho también en ese momento para pedir por mi familia y por la paz del mundo”, explica.
El 6 de enero “viene la levantada del niño Jesús, que yo acostumbro; pero se puede realizar hasta el 2 de febrero, que es el mero Día de la Candelaria; entonces cuando se levanta se le viste con ropita nueva y su sillita”, agrega.
Y cada año se le cambia la ropita; “en ocasiones lo visto de niño doctor, niño divino, niño del Sagrado Corazón, niño de San Juditas
Tadeo o San José. El mero Día de la Candelaria lo llevamos a la misa y nos lo bendice el sacerdote, al término de a celebración volvemos a dejar el niño Jesús a la casa y entonces ya celebramos con tamales, atole y en ocasiones se sirve mole, ya sea verde o rojo, con arroz y tortillas hechas a mano”, manifestó la madrina del Niño Dios.
Esto de ser madrina de mi Niño Dios es una obligación que llevaré con mucho amor, para siempre.”
Gloria Gómez
Madrina de Niño Dios
