Ahora que el Gobernador Cuauhtémoc Blanco y el Presidente Municipal Antonio Villalobos ya son cuates, que no existe ningún problema entre ellos y ya están al cien por ciento al servicio de la comunidad, los ciudadanos de Cuernavaca estamos listos para cooperar y finalmente ver que no sólo nuestra ciudad, sino todo el Estado de Morelos va a renacer desde sus cenizas como el Ave Fénix y volver a ser feliz.
La mayoría de los cuernavacenses ya tenemos la mejor disposición a ser puntuales en el pago de nuestros impuestos, cumplir con nuestras obligaciones como ciudadanos, respetar a nuestras autoridades y a las leyes de nuestra constitución local, con la esperanza de que se haga algo por Cuernavaca, no encontramos ningún impedimento para que ambas autoridades expidan las órdenes de cuidar nuestros jardines públicos, los lugares de recreo de las familias morelenses, las barrancas y el medio ambiente, para seguir protegiendo la frescura y limpieza de nuestra querida Cuernavaca.
Aprovechando toda esta armonía, se podía comenzar por borrar los nombres que los ciudadanos les hemos puesto a cada uno de los baches de la ciudad, porque ya se acabaron los que tomamos del calendario y, aunque ya se comenzaron a numerar y a contar, se le ha pedido a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, para que nos envíen un experto en contabilidad que quizá pueda ayudar un poco para levantar un censo por cada bache, pues las quisimos contar por colonia y francamente no nos alcanzó la sumadora que traíamos.
Hace sólo unos días, un motociclista de la policía municipal le hizo el alto a un taxista, pidiéndole sus papeles: la tarjeta de circulación, la licencia de chofer y las llaves del automóvil, pues en ese momento llega la grua para llevarse el taxi al corralón.
¿Pero señor oficial, qué infracción cometí? Traigo el cinturón de seguridad puesto y no estoy usando ningún celular mientras manejo, ya que lo dejo en mi casa para que nadie me moleste, preguntó asustado el pobre hombre. ¡Usted viene manejando en estado de ebriedad! Lo vengo siguiendo desde Buena Vista hasta la Plaza de Armas y viene zigzagueando por toda la ciudad.
Qué zigzagueando ni que nada, lo que pasa es que estoy cuidando mi auto para no caer en uno de esos baches, replicó el taxista molesto mientras el oficial pujaba al no poder sacar su moto hundida en uno de esos agujeros.
“Yo vengo del campo santo La Leona donde fui a colocar unas flores en la tumba de mi padre y en el camino al centro pensé que estaban ampliando el cementerio porque ya no hay lugares disponibles”, explicó el pasajero que venía en el taxi.
No son tumbas sino los baches que no se han rellenado desde hacer más de seis años. Yo pienso que las autoridades tienen algún arreglo con los talleres mecánicos, pues sólo así se explica que haya tantos amortiguadores destruidos. Pocos son los automotores que se hayan salvado de una llanta reventada o una suspensión destrozada.
Yo sé que todos los años rellenan estos mismos baches, pero con agua de lluvia. Que, a propósito ya está a punto de llegar la época de las lluvias y aunque arreglen los hoyos, con la fuerza de los aguaceros se vuelven a destapar.
Ese es el chiste por el que, tanto el de Obras Públicas Estatales y las municipales se deben de poner de acuerdo para remediar ese problema que se repite año tras año y el cual no existiría durante un buen tiempo, si se usara cemento en lugar de ese corriente chapopote que le echan a las carreteras para ahorrarse unos centavos o por lo menos el asfalto de las autopistas de cuota, sin contar la del socavón, echa con las patas y los culpables gastándose la lana en Cancún o en España, lo interrumpió el pasajero.
También deben de cuidar las barrancas, no sólo porque se llenan de porquería, sino porque el agua se trasmina, al entrar a los mantos acuíferos, contamina el agua que tomamos o no me diga que usted no bebe agua de la llave, porque ni modo que se bañe con agua de garrafón o compre una botella de ese plástico con agua para cepillarse los dientes que le hacen creer que está purificada, pero que ni siquiera la pasan por un filtro. preguntó el chofer.
Ya que usted lo menciona es cierto que al bañarnos nos entra el agua por los ojos, la boca, los oídos y las fosas nasales, de tal suerte que nos hace más daño el baño que el trago de agua que bebemos en algún río o balneario a los que vamos los fines de semana, nos hace igual de daño que la que viene de la calle, porque ésta llega, se purifica con cloro y al pasar por esas tuberías llenas de restos de metales corroídos u oxidados por estar durante 50 años sin ser limpiados, ya no digamos cambiados, ya que si se rompe una tubería, le amarran un pedazo de trapo y lo dejan así durante otros 30 años.
“Pues yo creo que tanto el gobernador Blanco, como el presidente Villalobos, ahora tienen que estar más unidos que nunca, con eso que Cuahutémoc Blanco ya demandó al exgobernador Graco Ramírez, ambos deben de estar pendientes de cualquier cosa que le pase al Estado y al municipio y junto a la población de Morelos hacer que se haga justicia, mientras no se vaya a demandar con algún error por mínimo que sea, que aunque ya estamos en la Cuarta Transformación, los abogados de aquel pueden encontrar algún resquicio en la ley, de dónde agarrarse y anular la demanda”, inquirió el cliente.
¿Usted cree que lo logren enjuiciar, porque ya ve a todos los gobernadores que metieron a la cárcel en el sexenio de Peña Nieto y fueron perdonados porque la Procuraduría General de la República se “equivocó” al hacer las demandas? Y, además de eso les regresaron sus bienes, soltaron a esos personajes y hasta se disculparon ante ellos al devolverles el dinero que les habían confiscado. Pero si nuestras autoridades trabajan juntos, se olvidan de rencillas, se ponen a trabajar en beneficio de la ciudadanía, usted y yo estamos seguros de que van a trabajar juntos, pues el uno va a tener arreglados al campo, a las nuevas inversiones locales y extranjeras, abriendo nuevos caminos y y a todo el pueblo de Morelos, el otro cuidará de que los baches se tapen antes de que lleguen las lluvias, pondrá a la policía a encargarse de abatir a la delincuencia organizada, dispersa a las bandas sinvergüenzas rateros llamados de cuello blanco, dándole seguridad a los ciudadanos.
Ahora el gobierno federal está muy ocupado en solucionar problemas del Huachicol, de la CFE, de la reforma educativa y de las huelgas que la oposición está organizando en las maquiladoras con ayuda de abogados gringos en la frontera, es conveniente que el Gobierno del Estado y el H. Ayuntamiento se pongan a trabajar en armonía.

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