La investigadora Graciela Casas Torres, coordinadora del Centro de Investigación y Estudios de Trabajo Social en Gerontología de la UNAM, alertó sobre la invisibilización de los adultos mayores debido al “edadismo”, la creencia de que han dejado de ser productivos o han cumplido su ciclo vital.
Casas Torres enfatizó que ideas como que los adultos mayores “roban oxígeno” o que “hay que dejarle paso a otras edades” son una forma de descalificación que ignora su valiosa contribución al desarrollo social y sus derechos fundamentales. Aunque se han logrado avances con programas como las pensiones no contributivas del gobierno federal, es crucial una mayor participación social para reconocer y valorar a esta población.
Según la Convención Interamericana por los Derechos
Humanos, la vejez es una construcción social de la última etapa de la vida, que en México inicia a los 60 años, caracterizándose por un descenso gradual de capacidades y un aumento de enfermedades. Sin embargo, la investigadora subraya que la definición de esta etapa debe considerar la historia de vida de cada individuo.
Cifras de la OMS revelan que una de cada 10 personas mayores de 60 años ha sido víctima de malos tratos, discriminación y exclusión social, un problema que afecta su salud y derechos. La ONU añade que uno de cada seis adultos mayores sufre algún tipo de abuso en entornos comunitarios. Proyecciones indican que para 2050, 24.1% de la población mexicana será mayor de 60 años.
En México, INEGI reportó que en el segundo trimestre de 2022 residían casi 18 millones de personas mayores de 60 años (14% de la población), y un porcentaje significativo de ellos sufre maltrato, principalmente por parte de hijos, parejas o familiares.
CONCIENCIA DEL MALTRATO
Casas Torres hizo un llamado a tomar conciencia sobre el abuso y maltrato, al afirmar que toda persona mayor merece una vejez digna, con respeto y acceso a condiciones sociales, familiares, individuales, económicas y comunitarias, conforme al Art. 1° Constitucional. Esto incluye derechos a vivienda, alimentación, cobijo, educación, trabajo y una muerte digna. La investigadora lamentó que la sociedad aún priorice la juventud o el dinero por encima de la valía de los adultos mayores.
La especialista destacó la necesidad de un cambio cultural para erradicar actitudes como esconder la edad, lo que considera el primer maltrato. La indiferencia, las omisiones, la violencia psicológica y el despojo de bienes también lo son.
