El 4 de marzo de 1942, el escritor y filósofo francés Albert Camus publicó El extranjero (L’Étranger en francés), una de las novelas más influyentes del siglo XX. Con su estilo directo y su profundo análisis sobre la indiferencia y el absurdo de la existencia, esta obra marcó un antes y un después en la literatura existencialista.
Una historia de indiferencia y absurdo
La novela sigue la vida de Meursault, un hombre aparentemente insensible que no muestra emociones ante la muerte de su madre ni ante otros eventos de su vida. Su actitud apática y su falta de apego a las normas sociales lo llevan a un juicio donde, más que por el crimen que comete, es condenado por su falta de emoción y por no seguir los valores morales esperados por la sociedad.
A través de este personaje, Camus plantea una visión cruda de la existencia: la vida no tiene un significado inherente, y la sociedad castiga a quienes no fingen que sí lo tiene.
Un pilar del pensamiento de Camus
El extranjero es una de las piezas clave en la filosofía del absurdismo, una corriente de pensamiento que sostiene que el ser humano busca sentido en un mundo que no lo tiene. Esta idea es explorada en otra de sus obras fundamentales, El mito de Sísifo, publicada en el mismo año.
Camus, quien rechazaba la etiqueta de existencialista, argumentaba que la única respuesta al absurdo era aceptar la falta de sentido sin caer en la desesperación. En la última escena de la novela, Meursault encuentra la paz al aceptar su destino sin ilusiones ni falsas esperanzas.
A más de 80 años de su publicación, El extranjero sigue siendo una lectura imprescindible para aquellos que buscan reflexionar sobre la naturaleza de la existencia, la moralidad y la relación del individuo con la sociedad. En este aniversario, es un buen momento para revisitar esta obra y redescubrir la mirada única de Albert Camus sobre el mundo.
