La falta de acuerdos para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Morelos ha evidenciado omisiones importantes en la reforma judicial vigente, generando un vacío institucional que mantiene al Poder Judicial sin un titular, advirtió Cipriano Sotelo Salgado, especialista en Derecho.
Sotelo Salgado explicó que con la reforma judicial, publicada recientemente, se estableció en el artículo décimo tercero transitorio que el entonces presidente del TSJ cesaría en sus funciones al momento de su entrada en vigor. Como medida transitoria, se facultó al magistrado decano para convocar a sesión y presentar una terna al Congreso local, con el fin de recibir su visto bueno y, posteriormente, someterla a votación del Pleno del TSJ.
“Se omitió prever qué sucedería si los magistrados no lograban un consenso para elegir a su presidente. Esa omisión hoy tiene consecuencias serias ya que no hay presidente, no hay dirección institucional, y lo más grave es que la reforma no establece quién debe asumir el liderazgo en esta situación”, expuso.
 Recordó que desde noviembre de 2023, cuando el Congreso designó a un nuevo bloque de magistrados, el TSJ quedó dividido en dos grupos iguales, lo que ha impedido cualquier mayoría calificada y profundizado la pugna interna. “Estamos peor que antes. En ese entonces, al menos había dos figuras que se decían presidentes, aunque uno cuestionado. Hoy no hay nadie, ni electo ni provisional”, afirmó.
Finalmente, Sotelo Salgado criticó que, lejos de unir al Poder Judicial, la reforma ha agravado la división. “La intención de renovar al Tribunal ha terminado por dejarlo sin cabeza. Pobre Morelos, estamos institucionalmente peor que antes”, concluyó. 

Marcela García / marcela.garcia@diariodemorelos.com
 

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