Demasiadas opiniones dividas generó esta semana la discusión y posterior dictamen de la iniciativa priista que, con 335 votos logró la mayoría calificada necesaria por tratarse de una reforma constitucional y amplió el plazo para la permanencia de la Guardia Nacional en tareas de seguridad pública, mismo que fue aprobado hasta 2029.

Aunque es grande la polémica sobre la continuidad del ejército en las calles, a lo cual yo creo que, si un modelo ha sido disfuncional durante más de 15 años, porque pensar que de la noche a la mañana será diferente y empezará a dar los resultados esperados, me parece que el tema central deberían ser los cambiantes modos de pensar tanto de los grupos que hoy apoyan esta medida, como de los que hoy están en contra, porque ambos bandos han dejado claro que cada quien puede entender, argumentar, razonar y aplicar el criterio que más le convenga.

Y como si fuera algo desechable, estos grupos políticos nos han demostrado que las convicciones e ideales no son tan firmes cuando de poder y privilegios se trata, porque aquellos que hoy defienden la militarización del País, hace unos ayeres lo repudiaban y mismo caso para aquellos que hoy satanizan a los militares, en su momento defendieron esas acciones a capa y espada, por así convenir a sus intereses personales, no los del pueblo.

Tal vez esos grupúsculos incoherentes están tan seguros de que las y los mexicanos somos un pueblo ajeno y apático a los temas históricos, políticos y de gobierno, en lo cual tienen algo de razón y explicaría su cínico y camaleónico actuar, pero ¿qué más da? A fin de cuentas, no hay nada que el tiempo no pueda curar y si eso no basta siempre podrán recurrir a la entrega de un raquítico e insuficiente apoyo económico, disfrazado de programa social o de acto de propaganda, para obtener un perdón vacío por parte de la sociedad por todas sus tropelías.

La inconformidad y molestia radica, principalmente, por el insulto descarado a la inteligencia de las y los ciudadanos, porque, a pesar de existir el soporte documental que exhibe sus desatinos, prefieren negarlo y confrontar a quien se los hace ver, cuando deberían entender que el problema no es el hecho de que transformen sus ideologías y adopten nuevos colores, aquí el problema es la incongruencia.

No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más… ¡Muera la corrupción! ¡Muera el clasismo!, gritó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en conmemoración del grito de Independencia de México. Fin del comunicado.

Fuera de contexto: El grupo de Rabindranath Salazar Solorio y el de Ulises Bravo ya llevaron sus diferencias al Congreso del Estado de Morelos y aunque con estas confrontaciones, deberían darse cuenta de que lo único que logran es desgastar al Movimiento de Regeneración Nacional y que, a pesar de que la oposición nomás no da señales de vida, les pueden costar muy caro en 2024. La gente no es tonta y también se cansa. 


Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

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