Cuando un estado como Morelos se convierte, aunque sea por dos días, en el punto donde aterriza la crema y nata de la ciencia mundial, algo estamos haciendo bien. El STS Forum 2025 dejó claro que el conocimiento no es un lujo académico, sino un motor que— bien encendido—puede empujar a México hacia donde siempre ha querido estar: arriba, compitiendo con los grandes y soñando en serio. Y sí, aunque suene raro, Morelos fue el epicentro de ese sacudidón científico. El foro del 4 y 5 de diciembre reunió a investigadores, funcionarios, empresarios y mentes brillantes que no vinieron a farolear, sino a poner sobre la mesa lo que viene para el mundo en temas de innovación, salud, tecnología y desarrollo sostenible. Y ahí es donde uno entiende por qué figuras como el secretario de Salud, David Kershenobich, insistieron en que ‘la ciencia solo importa si le llega a todas y todos’, una frase que sonó fuerte y debería tatuarse en todas las dependencias públicas. Rosaura Ruiz también dejó un mensaje que pegó: no hay desarrollo sin acceso universal al conocimiento. Punto. Nada de romanticismos. Si América Latina quiere avanzar, la ciencia tiene que circular como agua en temporada de lluvias: pareja, constante y sin exclusiones. Y el buen Marcelo Ebrard aterrizó el lado práctico: la lana. Recordándonos que sin inversión, las ideas se quedan guardadas en una libreta. Su mensaje fue sencillo y directo: si queremos producir en grande, hay que financiar en grande. Morelos cumplió como sede, sin presumir de más. La gobernadora Margarita González Saravia puso la mesa y dejó que el talento hiciera lo suyo. Entendiendo que, para que un Estado crezca, hay que abrirle la puerta al mundo y pararse firme cuando llega. Más allá de los discursos, lo que realmente destacó fue la mezcla rara —y muy necesaria— de agendas: la científica, la social, la económica y la gubernamental. Por momentos, Morelos parecía laboratorio viviente donde se discutía de agua, IA, biotecnología, energía y movilidad con una claridad que rara vez se ve: ¿cómo resolvemos lo que nos pega hoy, no dentro de 20 años? El valor del foro no estuvo en los nombres en el programa, sino en algo más simple y más importante: conectar piezas que normalmente no se hablan. Centros de investigación que encontraron socios, startups que encontraron inversionistas, universidades que encontraron aliados… un rompecabezas que, de repente, sí encajó. Morelos no salió a presumir que ahora es Silicon Valley versión Tepozteco —porque nadie se la hubiera creído—, pero sí dejó claro que tiene cancha, talento y visión para jugar en ligas donde antes ni figuraba. Y eso, ya de entrada, vale mucho. El STS Forum Latam 2025 terminó, pero dejó una sensación que no se compra en ningún lado: que el futuro no se espera, se arma. Y Morelos, por un par de días, demostró que sabe cómo empezar a construirlo. No está de más decir que esto es a título personal. Fuera de contexto: Para cuando lean esto, la marcha por los siete años de la 4T seguramente estará por arrancar… o ya habrá desfilado por la capital del País. Lo cierto es que las expectativas están altas: todo apunta a una movilización alegre, en paz y con ese sello tan de la 4T donde la gente llega más por convicción que por ceremonia. Un recordatorio, pues, de que el movimiento sigue vivo y convocando sin perder su toque ciudadano. 6x6: La polarización dentro de la lucha libre no se da entre fanáticos técnicos y rudos, sino entre la ‘generación de concreto’ de la vieja escuela y los ‘progres’ que aceptan nuevos estilos y reglas. Los primeros defienden la lucha de llaves, contrallaves y los conceptos clásicos; los segundos prefieren las nuevas estipulaciones dentro de los combates y a personajes que no sean el prototípico luchador serio. En redes sociales abundan los memes (a favor y en contra) sobre quienes ‘denigran’ la profesión, como les llaman los conservadores. Personajes como el Niño Hamburguesa, el Perro Wisin e incluso históricos como Latin Lover son ejemplos de quienes, por diferentes razones, se han convertido en objeto de su ira. Recientemente se ha levantado polémica respecto a El Macuarro, un luchador independiente cuya estética parece salida de una cruza entre películas de ficheras y Cantinflas. Además, es practicante de lucha extrema, donde tienen permitido darse hasta con las lámparas, literalmente. Ya se imaginará usted la repulsión que el denominado ‘Artesano de la lucha libre’ genera entre un sector de la afición. Pero para todo hay gustos, y las preferencias de la audiencia han ido cambiando y ajustándose a los tiempos. Finalmente, la lucha libre —como cualquier deporte del mundo— es entretenimiento, al menos para nosotros, los espectadores. Disfrutemos que ahora tenemos múltiples opciones, que podemos ver o simplemente dejar pasar. ¡Saludos!
