Con más aplomo y serenidad que antes, tal como el mismo lo dijo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su Cuarto Informe de Gobierno, en donde, entre otras cosas, resaltó que durante su mandato se han tenido grandes avances en materia de seguridad, economía, infraestructura, salud, educación, derechos humanos, combate a la corrupción y se ha reducido en un máximo los lujos del gobierno.

Si bien es cierto que todos esos logros que el mandatario mexicano mencionó no son perceptibles del todo en la realidad que se vive en el País, son esos ‘otros datos’ que el pregona a diario y que a muchos de sus detractores les causa urticaria, los que le han permitido que un buen número de simpatizantes mantengan la fidelidad y esperanza a su movimiento de transformación que, aunque dista mucho de convertirse en una realidad, le sigue generando una gran aceptación y popularidad dentro con el pueblo de México.

Siendo totalmente honestos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador nunca nos mintió, porque desde el día en que empezó con su lucha, siempre nos hizo saber que tenía en mente un muy ambicioso proyecto nación, mismo que echaría a andar una vez que lograra llegar al poder y que consistía en romper esos paradigmas de los gobiernos oligarcas, tendientes a la corrupción y al despilfarro que tanto deterioró a México.

Por supuesto que en 6 años es sumamente difícil, por no decir imposible, revertir todas esas mañas que se construyeron en tantos años, también debemos comprender que esta tarea titánica y para nada sencilla, no es de un solo hombre, si queremos ver un mejor País, es algo que nos concierne a toda la sociedad y, por ende, sería egoísta echarle la culpa al Presidente porque su Cuarta Transformación no ha sido inmediata, tengamos paciencia.  

¿Errores y fracasos? Claro que los puede tener, nadie es perfecto, tal vez lo único que se le puede reprochar sería su falta de autocrítica, su necedad y esa poca tolerancia que tiene ante la gente que piensa distinto, por lo que, como dijo, si en su gobierno se respeta la libertad de expresión y el derecho a disentir, debería mantener el respeto hacia esas distintas formas de pensar, en vez de condenarlas. 

No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más… que el gran ausente a la fiesta presidencial fue una de las ‘corcholatas’, Ricardo Monreal, que, dicho sea de paso, soltó fuego amigo y logró acomodar luego de tres intentos a Alejandro Armenta como Presidente del Senado de la República. La tercera fue la vencida. 

Fuera de contexto: Poco le duró el gusto de haber ganado la presidencia del Comité Directivo Estatal de Morena en Morelos a Ulises Bravo, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le revocó su cargo como Consejero, noticia que el grupo opositor encabezado por Rabindranath Salazar Solorio festejó al máximo, aunque, claro está, no tanto como cuando lo nombraron Coordinador de Política y Gobierno de la Presidencia de la República, sería bueno que ese grupo recordara que las cartas aún no están echadas, que la soberbia no es buena consejera y que del plato a la boca, se cae la sopa.

Por: Omar Arizmendi Hernández / opinión@diariodemorelos.com • Twitter: @om_arh22


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