La ciudad de Cuernavaca, conocida por su vibrante ambiente recreativo y cultural, se encuentra nuevamente en pleno fervor con la celebración de la Feria de Tlaltenango, un evento cultural que posee gran relevancia para el estado de Morelos.
Este año, como en anteriores, los feligreses y visitantes se congregan para rendir homenaje a “Nuestra Señora de los Milagros”, cuya aparición se remonta al 30 de agosto de 1720.
De acuerdo con el texto histórico “Nuestra Señora de los Milagros de Tlaltenango”, originalmente impreso en 1950 y restaurado por el Sr. Cura Benjamín Ayala López, Tlaltenango era un pequeño poblado indígena conocido como Zacanco Tultenango, parte de la antigua Cuauhnáhuac (actual Cuernavaca).
Fue Hernán Cortés quien, en 1521, llegó a la región y estableció el primer ingenio azucarero, lo que marcó el inicio de la transformación del lugar. Eventualmente, el pueblo adoptó el nombre de Tlaltenango.
La historia de la aparición de la Virgen de los Milagros comienza a finales de mayo de 1720 cuando dos visitantes, aparentemente provenientes de Guerrero, llegaron a Tlaltenango con un arcón misterioso. Después de su partida sin retorno, Doña Agustina, quien les había dado hospedaje, escuchó música celestial proveniente del arcón y vio destellos luminosos. Al inspeccionar el cofre, se descubrió una pequeña imagen de la Virgen, lo que conmocionó a la comunidad. Desde entonces, esta imagen es venerada en el Santuario de Tlaltenango, dedicado a “La Virgen de los Milagros”.
Según los pobladores, el 30 de agosto de 1720, la imagen fue llevada a la capilla de San José donde se celebró un novenario que terminaría el 8 de septiembre, día de su celebración anual. Durante el novenario, las mismas familias del poblado se llevaban la imagen de la virgen a sus casas, conmemorándola con una gran celebración.
En esta edición, que rebasa los 300 años, la Feria de Tlaltenango inició el 31 de agosto y terminará hasta el 10 de septiembre, atrayendo tanto a locales como a visitantes de otros estados, como peregrinos de la Ciudad de México e Iztapalapa. Los puestos de comida, artesanías y las actividades religiosas organizadas por la iglesia del pueblo se convierten en el principal atractivo.
Pese a la devoción que genera este evento, algunos ciudadanos han expresado su descontento por los cierres de avenidas principales, como la de Emiliano Zapata, lo que ocasiona congestión vial en la ciudad, sin embargo, la tradición sigue viva y se espera que continúe por muchos años más, dada su importancia cultural y simbólica para Cuernavaca y sus habitantes.
La Feria de Tlaltenango no sólo es una expresión de fe y cultura, sino también un punto de encuentro para familias, peregrinos y comerciantes que mantienen viva esta devoción desde hace siglos.Fervor religioso. La Virgen de los Milagros es una de las figuras más veneradas por la comunidad católica de Cuernavaca.
Salvador Rosas / salvador.rosas@diariodemorelos.com
