El 31 de marzo de 1995, el mundo de la música perdió a una de las estrellas más brillantes: Selena Quintanilla Pérez. Treinta años después, su legado trascendiendo generaciones y consolidándose como un símbolo de la cultura latina.

Un legado que nunca se apaga

Selena no solo fue una cantante excepcional, sino que también se convirtió en un ícono de la moda y la representación latina en la industria musical. Con su inconfundible voz, energía en el escenario y carisma, conquistó a millones de seguidores y abrió puertas para las nuevas generaciones de artistas latinos en Estados Unidos y el mundo.

Canciones como Como la flor, Bidi bidi bom bom y Amor prohibido siguen siendo éxitos atemporales, sonando en la radio, plataformas de streaming y en la memoria de sus fanáticos. Además, su historia ha sido llevada al cine y la televisión.

El Museo Selena en Corpus Christi, Texas, resguarda algunos de sus atuendos más icónicos, sus premios y recuerdos personales, permitiendo que las nuevas generaciones conozcan su historia y legado.

A 30 años de su muerte, Selena Quintanilla sigue siendo la Reina del Tex-Mex, una leyenda cuyo brillo nunca se apagará.

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