El martes pasado ocho senadores republicanos y cinco demócratas le pidieron a la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y a la Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, que “detengan el aumento insostenible de importaciones mexicanas de acero – especialmente de tubos de acero” y les recordaron que en mayo de 2019 EEUU canceló sus tarifas del 25% a la importación de acero mexicano como parte de un acuerdo que estipula que si dichas importaciones “aumentan significativamente más allá de sus volúmenes históricos… EEUU puede imponer nuevamente esas tarifas”.

De acuerdo con los senadores, el volumen anual de importaciones de hierro y acero desde México ha aumentado 73% sobre los volúmenes registrados en el periodo 2015-2017, el de acero semiterminado 120% y el de tubos de acero 577%. Aseguran que los importadores clasificaron erróneamente las exportaciones mexicanas de tubos de acero para ocultar el aumento.

Los legisladores piden que la administración Biden inicie consultas para corregir este incremento y regresar las importaciones a sus volúmenes históricos, con cuotas si es necesario y que, si “el gobierno mexicano se niega a remediar esta violación del acuerdo, se consideren otros mecanismos para garantizar el cumplimiento del acuerdo, incluso aplicando nuevamente las tarifas del 25%.
Un día después, los presidentes del Comité de Medio y Arbitrios y del Subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes le enviaron una carta a Tai y al secretario de Agricultura, Tom Vilsack, reiterándoles sus “preocupaciones sustanciales con las acciones del Gobierno de México para restringir importaciones desde EEUU de maíz genéticamente modificado y otros productos biotecnológicos agrícolas… medidas que son claramente incompatibles con las obligaciones de México de acuerdo con el T-MEC, podrían disolver las exportaciones agrícolas críticas a México, amenazan a los medios de subsistencia de los agricultores estadounidenses y socavan la integración económica regional”. Añaden que “es hora de hacer cumplir agresivamente el T-MEC iniciando una disputa formal contra estas medidas. Debemos comprometernos con el Gobierno de México desde una posición de fuerza, no debilidad”.

Por si estos dos asuntos no representaran serios problemas para nuestro país, unos días antes, el 9 de febrero, 21 fiscales generales estatales le solicitaron a Joe Biden que designe como organizaciones terroristas internacionales a “el Cartel de Sinaloa, el CJNG y otros carteles mexicanos de la droga en situaciones similares” lo que le dará a las agencias estatales y federales estadounidenses “mayores poderes para congelar los activos de los cárteles, negar la entrada al país a sus miembros y permitir que los fiscales impongan castigos más severos contra quienes les brinden apoyo material”.

A pesar de que la relación entre México y EEUU cada día es más complicada, el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que no hay problemas entre ambos países porque Biden es un buen hombre.

Biden será todo lo bueno que nos diga AMLO, pero no es tarugo y si para reelegirse en 2024 le conviene endurecer la actitud de su gobierno hacia nuestro país, lo hará, y los mexicanos pagaremos miles de millones de dólares por ello.

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