Al equipo Tigres le cayó una bacanal de críticas, luego de que le anotaran dos goles ‘a la mala’ a los escualos del Veracruz. Propios y extraños hicieron escarnio de los dirigidos por el ‘Tuca’ Ferretti; tanto así que, por momentos, llegué a pensar que eran más malos que “Sarita” o el propio “Luisito Rey”.

Y es que, sin tratar de exonerar a los felinos del norte, nos olvidamos de que existe una cadena de: malas decisiones, pésimos manejos e incapacidades, que culminaron con “la gota que derramó el vaso”: los penosos acontecimientos ocurridos el pasado sábado en el Luis ‘Pirata’ Fuente.

Por principio de cuentas, se trataba de la “crónica de una muerte anunciada” luego de que permanecieron en el máximo circuito gracias a un absurdo reglamento que les permitió conservar lo que deportivamente habían perdido.

Tal parece que ya nadie se acuerda del tenebroso personaje que originó todo este problema con sus promesas incumplidas, decisiones absurdas y malos manejos.

Los dueños del balón también tienen vela en el entierro, al aceptar como socio y propietario de una franquicia a una persona con dudosa reputación.

Los estatutos y reglamentos que nadie respeta, arropándose en el uso y la costumbre, por todos aceptada, de firmar dobles contratos, arreglándose en lo oscurito con el propósito de evadir al fisco.

Y los propios jugadores que aceptan ser fichados por un equipo de quinta categoría, que hasta la madre Teresa de Calcuta sabía de antemano que presentaría serios problemas de liquidez. Sin mencionar que “son malísimos”; digo, un plantel que no es capaz de ganar un partido en más de un año no debería tener razón de existir.

Dejan pasar cinco meses sin que les paguen, no mueven un dedo y después les entra la prisa. Ninguno de ellos se acercó a la Comisión de Controversias de la Liga, para que, por los causes adecuados se pudiera dar solución a sus problemas.

Ni siquiera ellos estaban de acuerdo, por ejemplo, Peñalba “entregó el movimiento” al declarar que él jugaba sin contrato. Primero decían que no iban a jugar; pero, les faltaron los arrestos necesarios para tomar una decisión de tal envergadura. Luego se presentaron para realizar una muda protesta con tintes de pantomima al negarse a disputar la pelota al principio del partido.

A los Tigres les faltó tolerancia, por decir lo menos, con los resultados ya por todos conocidos.

Sin embargo, me gustaría saber si los futbolistas pensaron en el respeto que le debían a la afición, algo así como 8 mil personas, que pagaron su boleto… para ver el partido.

Reglas y reglazos  / Eduardo Brizio / ebrizio@hotmail.com

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