El día de ayer, trascendió que -nuevamente- autoridades del Municipio de Cuernavaca entregaron al Secretario de Gobierno estatal, la propuesta de Mando Coordinado en materia de seguridad pública.
Y es que el fenómeno delictivo en la entidad, ha evidenciado que gran parte de la problemática en cuanto a inseguridad, se nutre en la falta de acuerdos entre autoridades y en su deficiente coordinación para hacerle frente al problema que más afecta la tranquilidad y gobernabilidad en Morelos.
Hace meses, aquí mismo señalábamos la importancia para que existieran entendimientos entre autoridades federales, estatales y municipales; para todas las decisiones de gobierno se necesita crear una sinergia y puentes de diálogo constantes que permitan generar eficacia gubernamental y al mismo tiempo una narrativa convincente del rumbo que se le quiere dar a Morelos.
Pareciera que los trancazos (por así denominarlos) tienen más efecto que la sensatez. Las críticas nacionales pareciera que sirvieron en eliminar las barreras del egocentrismo y obligar a nuestras autoridades a sentarse en la mesa para ponerse de acuerdo en el modelo de seguridad y dejarse de vanidades e intereses ocultos.
Al menos de la tragedia en los hechos violentos de las semanas recientes, pasamos a lo que desde hace meses se les está diciendo tenían que hacer: establecer un gran acuerdo para generar un solo mando coordinado en Morelos, que pueda tener interlocución y operatividad con los mandos federales.
Y es que lo que deben tener en mente las autoridades morelenses, cualquiera que sea su esfera de competencia, es que a la sociedad no le interesa qué instancia gubernamental resuelva los problemas; el gran reto que tienen todas las autoridades del estado es poderse coordinar para que ningún servicio deje de brindarse y que las ciudades siempre presenten avances en infraestructura, seguridad y servicios básicos.
El mensaje para los gobernantes de Morelos debe ser uno: entender que ya son gobierno y atrás deben quedar fobias y filias. Hoy su deber es convocar a la reconciliación y colaboración de todos. Si esa fuese su voluntad, deben sacrificar su campaña permanente y ponerse a trabajar, empezando por llevarse bien con todos.
Justo lo que no queríamos que sucediera, nos está pasando… quienes aprovechan los enconos entre “la clase política morelense” son quienes no queremos que sigan impunes.
Como pretexto de logros no alcanzados, la retórica del pleito no les sirvió de nada; como mecanismo para no responsabilizarse de los costos políticos ante los errores u omisiones, el reaccionar con tozudez no convence. Hoy más que núnca los enemigos del gobierno están generando impacto y pretendiendo que ante la división sigan ganando ellos las batallas.
Es momento obligado para ponerse de acuerdo. Esperemos que este mensaje de unificar criterios en la política de seguridad, se mantenga, se vaya fortaleciendo y se le mejore constantemente con protocolos de vanguardia. Morelos esta en guerra y requiere de todos para pacificarlo.
Guillermo Amerena Betancourt
amerenaguillermo@gmail.com