Ante las crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán, un estudio reciente advierte que incluso un conflicto nuclear regional tendría efectos devastadores a nivel global, y México no sería la excepción.

Un conflicto lejano, pero con consecuencias directas

Aunque México no sería un objetivo militar directo, la cercanía geográfica con Estados Unidos, uno de los posibles participantes de la guerra, colocaría al país dentro del área de impacto climático y económico del conflicto. Las detonaciones y los incendios masivos liberarían enormes cantidades de hollín a la atmósfera, bloqueando la luz solar y provocando un “invierno nuclear”.

Esto causaría una drástica caída en las temperaturas globales y afectaría los ciclos agrícolas en todo el hemisferio norte, incluyendo a México.

Impacto en la agricultura y el suministro de alimentos

El escenario planteado por los científicos incluye una disminución grave de la producción agrícola. En México, esto podría traducirse en:

  • Pérdida de cosechas clave como maíz, trigo, frijol y hortalizas.
  • Dificultades para importar alimentos, debido al colapso de mercados internacionales.
  • Escasez y alza de precios en productos básicos.
  • Presión extrema sobre los sistemas de distribución de agua y energía.

En otras palabras, el campo mexicano no sería capaz de alimentar a toda la población si el planeta entra en una etapa de oscuridad prolongada y enfriamiento extremo.

Consecuencias sociales y humanitarias

La crisis alimentaria provocada por una guerra de este tipo podría desencadenar:

  • Oleadas migratorias desde y hacia México, buscando zonas menos afectadas.
  • Aumento de la pobreza y desnutrición, especialmente en comunidades rurales.
  • Conflictos sociales internos, derivados del desabasto, la desigualdad en el acceso a recursos y la tensión en las ciudades.

Además, como parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el país podría verse obligado a asumir responsabilidades humanitarias adicionales ante el colapso social de la región.

¿Está México preparado?

El estudio sugiere que las regiones del hemisferio sur serían las más resilientes. Sin embargo, México, al estar en el norte global y depender de su comercio agrícola con Estados Unidos, no está en una posición segura ante un conflicto de esta magnitud.

Aunque el país cuenta con diversidad climática y agrícola, la falta de infraestructura de emergencia, reservas alimentarias estratégicas y sistemas de protección civil a gran escala dificultarían una respuesta efectiva.

Una guerra nuclear entre EE.UU. e Irán tendría efectos mucho más amplios que el impacto militar directo. Para México, el mayor riesgo estaría en la disrupción de sus sistemas alimentarios, económicos y sociales, generando una emergencia humanitaria sin precedentes. Ante este panorama, los expertos llaman a reforzar los tratados de no proliferación nuclear y las vías diplomáticas como única garantía de seguridad global.

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