Durante los últimos años, el movimiento feminista ha experimentado un notable incremento en su fuerza, convocando a mujeres de todas las edades a unirse a la lucha por sus derechos. Este fervor encuentra su punto álgido cada 8 de marzo, cuando el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, un recordatorio palpable de que la lucha persiste y la igualdad es aún una meta por alcanzar.
Bajo el lema "No me felicites, lucha conmigo", las redes sociales se inundan con mensajes que buscan desvincular la jornada de celebraciones y enfocar la atención en la cruda realidad que muchas mujeres enfrentan diariamente. En este contexto, es fundamental comprender por qué no se trata de un día para felicitaciones, sino de conmemoración y acción.
El origen de esta jornada se remonta al siglo XIX, después de la Revolución Industrial, cuando las mujeres, principalmente en la industria textil, se unieron en 1857 para exigir mejores condiciones laborales. A lo largo de los años, diversos eventos, como el trágico incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911, han marcado la lucha de las mujeres, recordándonos la importancia de seguir levantando la voz contra la explotación y la violencia de género.
"El 8M no se celebra, se conmemora", y este día sirve como tributo a las mujeres que han sufrido la violencia de género y a aquellas que han perdido la vida de manera violenta a manos de sus agresores. Felicitar a las mujeres en este contexto contradice la esencia misma de la fecha, ya que miles siguen viviendo en situaciones de vulnerabilidad, enfrentando violencia, pobreza y desigualdades.
Las manifestaciones y actividades programadas para el 8 de marzo buscan destacar las problemáticas que persisten y ofrecen espacios inclusivos para la participación de mujeres de todas las edades. Sin embargo, algunas marchas son separatistas, excluyendo la participación de hombres. A pesar de ello, los hombres pueden contribuir significativamente compartiendo información importante del 8M, dialogando sobre la violencia de género, reflexionando sobre las desigualdades y brindando apoyo a las mujeres de su entorno.

El Día Internacional de la Mujer no es solo una fecha en el calendario, sino un recordatorio activo de que la lucha por la igualdad y el respeto debe continuar. Conmemorar este día no solo implica reflexionar sobre los logros alcanzados, sino también comprometerse a seguir trabajando juntos para construir un mundo donde todas las mujeres gocen de plenos derechos y libertades.
