Durante la contingencia sanitaria, los padres de familia deberán involucrarse en la alimentación de sus hijos e inculcar hábitos alimenticios saludables, recomendó la pediatra Karen Pedraza, adscrita al Hospital General “Tacuba” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Y es que, en la actualidad, la obesidad infantil daña a tres de cada 10 menores, cifra que podría aumentar durante la etapa de aislamiento que está provocando el COVID-19.

La también especialista en obesidad infantil afirmó que la formación de hábitos de vida saludable en un niño debe estar respaldada por los padres, e implica agregar a toda la familia.

“Los niños aprenden del ejemplo, y los adultos somos sus ejemplos”, enfatizó.

También sugirió tener especial cuidado de la salud emocional de los infantes.

“Esto porque podría llevarlos a presentar ansiedad y con ello aumentar la ingesta de alimentos hipercalóricos”, dijo la doctora.

Pedraza Escudero también destacó la importancia de poder “tener horarios fijos para desayunar, comer y cenar; además, consumir mucha agua simple, tratar de evitar jugos envasados, refrescos y dulces”.

“No quiere decir que en algún momento no lo vayamos a consumir, pero que esto sea muy moderado”, subrayó Karen Pedraz.

Por último, recordó que la obesidad es un desbalance por una ingesta mayor de energía y un desgaste menor de lo que se consume, lo que provoca que se acumule en forma de grasa en el cuerpo, por ello, es muy necesario que los niños se activen todos los días mediante juegos que impliquen su movilidad corporal o que puedan realizar alguna rutina de ejercicio más estructurado con acompañamiento. 

 

Redacción DDM

local@diariodemorelos.com

 

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