Desde muy temprano, los invitados arribaron a la Catedral de Cuernavaca, en donde se llevó a cabo la celebración eucarística. Miguel Ángel llegó nervioso y feliz; enseguida, el cortejo de las damas y los padrinos de honor comenzó a formarse en la entrada de la iglesia, para dar paso a Paola, quien lució radiante en un espectacular vestido con detalles bordados a mano y perlas, que hacían resaltar su belleza; del brazo de su hermano, Jorge, la novia caminó detrás del cortejo para entrar a la iglesia, en donde Miguel Ángel ya la esperaba, muy feliz y emocionado, al borde de las lágrimas. La misa transcurrió y tanto los novios como los invitados se mostraron muy conmovidos.
Después de la celebración eucarística, todos llegaron al hermoso jardín, en el que se llevó a cabo el banquete nupcial; ahí, mientras los invitados disfrutaban un delicioso coctel de bienvenida, los novios aprovecharon para tomarse fotos y recordar el día más especial de sus vidas.
Los asistentes pasaron al salón principal del jardín, minutos después los novios hicieron su entrada triunfal, recorriendo todo el salón tomados de la mano y saludando a sus amigos y familiares, para después disfrutar la cena, la cual constó de ensalada contemporánea con helado de queso cabra y chipotle, crema de finos quesos con julianas de manzana verde, filete de ternera en salsa de tres chiles con espárragos de invierno y sushi de plátano, así como salmón en mantequilla de almendras con mandolina de chayote y arroz salvaje; como postre se ofreció casata de siciliana en salsa de maracuyá, semifrío de duraznos con maracuyá y soufflé de chocolate con helado de yogurth y arándanos.
Luego de que todos brindaran por la felicidad de los ahora esposos, Paola y Miguel Ángel pasaron a la pista para realizar su primer baile como esposos y después invitaron a los presentes a mostrar sus mejores pasos. La celebración continuó con gran ambiente hasta entrada la madrugada. ¡Felicidades, Paola y Miguel Ángel!
Brenda Camacho
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