A LA sombra de las tribulaciones de gobernantes y gobernados en Morelos por la pandemia de COVID-19, no cesan los hechos violentos, cuya máxima expresión es el homicidio doloso en promedio de 2.3 al día.
Hasta el cierre de abril, Morelos registró la muerte violenta de 282 personas, lo que sin ser tope histórico no deja de ser lamentable, pues en tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes está en el top nacional.
Es decir, la dinámica delictiva no se vio sustancialmente reducida por el obligado confinamiento social y el cambio de algunos hábitos entre la comunidad, lo que evidencia su “fortaleza” incluso ante la contingencia.
LAS CIFRAS criminales al cierre de mayo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (Segob) no habrán de oficializarse sino hasta el próximo día 20, sin embargo hay fuentes más actualizadas.
Los datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que es otro ente federal, nos enseñan que en los más recientes días y noches el nuevo coronavirus es superado en decesos por actos delictivos.
Resulta ilustrativo hacer un recuento de lo acontecido en cuanto a los homicidios –digamos- intencionales en la última quincena hasta la cifra del domingo reciente en Morelos, que resultó bastante violenta:
EN ESOS últimos días, la frecuencia homicida superó con 2.5/día lo que se tuvo en el primer cuatrimestre con 2.3; pero si lo normal debe ser cero asesinatos, hubo días terribles como el 25 de mayo.
Siete homicidios dolosos en esta fecha citada y las de los días 6 y 7 de junio, con seis y cinco casos, ponen el ambiente mal, en un contraste lamentable con el 27 y el 28 de mayo que no se reportó ninguno de ellos.
Si bien hay jornadas limpias, sólo algunos, otras bajas y algunas más de verdadero espanto, no hay indicios de que a corto o mediano plazo el panorama vaya a cambiar, aunque habría de ser ya con el Ejército.
ASÍ LAS cosas, se vale apelar a las ánimas santas, diría la abuela, para que baje el coronavirus y las fuerzas del orden dejen de vigilar a los rebeldes-incrédulos, y concentren sus acciones en pacificar a los violentos.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1