UN PASO ADELANTE.

Luego de semanas en vilo, por fin ayer se puso final a la parálisis que tenía en jaque al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Morelos.

El Congreso local tuvo que meter la mano para que hubiera humo blanco después de veintitantos recesos que se dictaron por aquello de la falta de acuerdos y quórum entre los magistrados.

En la teoría, esta acción podría ser considerada como una invasión de poderes, sin embargo, ya existen antecedentes en México en los que debe existir la intervención de otro poder para “destrabar” ciertos asuntos.

En los pasillos, desde el pasado miércoles ya se rumoraba que sería Elizalde el elegido -a pesar de que no era uno de los tres que integraban la propuesta que enviaron al Congreso-. Tiene bastante lógica porque ha sido Elizalde el que ha estado encargado de conducir todo este proceso de transición.

El llamado ahora es a la unidad. Habrá que ver cómo transita el asunto en las siguientes horas y qué pasará con la toma de posesión del cargo, la cual sucederá a la brevedad.

Como ha sucedido en otros casos, los dos grupos rivales deberán encontrar puntos de acuerdo o de lo contrario, los más afectados podrán ser los ciudadanos.

La designación de Elizalde es prácticamente por dos años, ya que en el 2027 los morelenses debemos elegir, ahora por voto, a quienes encabezarán el tribunal conforme a lo que dicta la Reforma Judicial.

Por lo pronto, es grato decir que se acabó la parálisis en el TSJ y que comenzarán a fluir de nuevo los asuntos que le atañen.

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