EN LA mar de ‘memes’ que circulan a diario en redes sociales, está uno que ilustra con demoniaca sorna lo que pasa hoy día: “El coronavirus sigue, lo diferente es que ahora tienes permiso para salir a buscarlo”.
En términos menos sarcásticos así se anunció esto el viernes reciente, cuando se dijo que el semáforo de riesgo epidemiológico para Morelos pasa de color rojo a naranja, es decir, más libertad socio-económica.
De cierto, como pondera el ‘meme’, es legal la apertura parcial de no pocas actividades en tierra tlahuica, pero no novedosa porque a fe de muchos la movilidad social y comercial había avanzado hace dos semanas.
A PARTIR de este lunes 6 en Morelos, abren varios establecimientos que estaban impedidas totalmente, como las iglesias al 25%, centros comerciales al 25%, cines y teatros, 25% y gimnasios 50% por cita.
Bueno, decir que abren a partir de hoy es un decir, porque antes ya estaban trabajando algunos de los mencionados, a la callada, en tanto los niveles de contagio y decesos no han bajado como se quisiera.
Alias, el ascenso de activación socio-económica autorizado para iniciar hoy no se ve directamente proporcional al descenso en el índice de riesgo epidemiológico que, más bien, aún presenta ocasionales picos.
Y EN una variación de “Back to the future”, el viernes se confirmó en siete estados lo que podría suceder a Morelos dentro de dos o tres semanas, máximo, que tengamos que regresar al semáforo en rojo.
Producto de la escalada en la movilidad social y económica, Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz registraron lamentables “rebrotes” de contagios y fallecimiento, por ello decidieron regresar al rojo.
El riesgo de contagio de COVID-19 no ha bajado, las cifras resultan contundentes al respecto, pero en su actitud la comunidad ha mal entendido quizá que la apertura no da para relajar la prevención.
EN MORELOS no hay indicios claros de descenso del COVID-19 y, en todo caso, habrá que ver las consecuencias de la reapertura entre el 13 y el 20 de este séptimo mes de 2020. Se impone la responsabilidad personal.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1