JUSTO EL viernes reciente en Cuernavaca, durante la conferencia “mañanera” de Andrés Manuel López Obrador, se conoció que Morelos encabezaba la lista nacional de secuestro en tasa por cada 100 mil habitantes.
Se veía venir, pero no hubo oportunidad siquiera de cantar la buena de que en mayo se había registrado el número más bajo de plagios en la entidad con cinco casos, luego de que en enero habían sido hasta nueve.
Se dio el caso porque el reporte de la Secretaría de Gobernación, difundido el sábado, lleva 20 días de rezago, mientras que el ofrecido por el secretario de la Sedena va al día; alias, junio está siendo malo.
EXTRAÑÓ QUE quien diera el reporte de criminalidad en la “mañanera” de viernes fuera el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y no el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño.
Cómo sea, en el apresurado reporte pareció quedar por debajo el dato de la inseguridad en Morelos, acaso porque se trata de un informe a nivel nacional, pero no, las cosas no están bien por estos rumbos.
Y el reporte del Sistema Nacional de Seguridad, de Segob, dado al día siguiente, derribó de golpe y porrazo toda oportunidad de ilusionar que en Morelos avanza la lucha para erradicar toda forma de crimen.
PARA MAL, tal vez la percepción que se tiene de que van bien las cosas en Morelos en materia de seguridad, se debe a la dimensión de hechos como los que se generan en Guanajuato, sin duda líder en homicidios.
Con población dos veces mayor que la del Estado de Morelos, Guanajuato acumula también dos veces más de asesinatos, aunque en otros delitos como secuestro, feminicidio y extorsión va abajo de nosotros.
Hechos como la incendiaria reacción del capo José Antonio Yépez “El Marro” a la detención de su mamá y otras familiares hacen ver a Guanajuato en llamas, pero acá la criminalidad no es menos delicada.
DADO QUE en las cifras más recientes de seguridad todavía no estaba de lleno el Ejército en las calles, habrá que esperar -pues qué más- que al cierre de junio y más plenamente en julio se dé una mejoría.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1